Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

viernes, 14 de octubre de 2011

Sala-i-Martin, la innovación y la política industrial

En las últimas semanas vengo hablando y escribiendo de manera casi exclusiva sobre temas de corto plazo. No es para menos, en medio de la incertidumbre sobre cómo impactará la crisis internacional en Argentina y qué hará el Gobierno Nacional luego de la elección del 23.
Pero hacía falta un poco de aire fresco, que aportó esta semana el economista catalán Xavier Sala-i-Martin, hablando de temas vinculados al largo plazo en el Coloquio de IDEA. Pero antes de comentar lo que dijo, y algunas cosas que yo agregaría en esta mirada de largo plazo, no puedo evitar hacer algunos comentarios sobre Sala-i-Martin, no tan conocido fuera del ámbito de los economistas.
Sala-i-Martin reúne dos cualidades que lo hacen uno de mis economistas preferidos. La primera es que combina de manera magistral rigurosidad analítica con simpleza en la exposición, una combinación sumamente necesaria para que el mensaje llegue, y sirva, a quienes no son economistas, como argumenté en el post “Un año y 100 posts después, ¿por qué este blog de economía para no economistas?”. A lo primero, la rigurosidad analítica, lo demuestra su impresionante carrera académica, especialmente en el terreno del crecimiento económico y el fenómeno de la convergencia regional, esto es, la tendencia de las economías más retrasadas a alcanzar a las economías más avanzadas, cuando se dan ciertas condiciones. A tal punto es así, que hago un pronóstico con poco riesgo de equivocarme: cuando el Comité del Premio Nobel que elige a los galardonados en Economía decida premiar nuevamente a expertos en crecimiento económico, como lo hizo en 1987 cuando premió a Robert Solow, elegirá a Xavier Sala-i-Martin y su colega Robert Barro, quienes escribieron “Economic Growth”, la “biblia” del crecimiento económico, utilizada en todas las universidades del mundo. Y lo segundo, la simpleza en la exposición, es obvio para cualquiera que lo haya escuchado en conferencias o entrevistas: habla de tal modo que cualquiera puede comprenderlo, aun no siendo economista. Sala-i-Martin no necesita falsa sofisticación en su discurso; se luce transmitiendo sus ideas de manera simple, como se lució esta semana en el Coloquio de IDEA.
La segunda cualidad es su olfato para identificar jóvenes promesas económicas. En la segunda edición de “Economic Growth”, editado por la prestigiosa MIT Press, cita el trabajo de dos jóvenes veinteañeros cordobeses: Gastón Utrera y Javier Koroch, quienes en el Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio de Córdoba, en 1998, tuvieron la audacia de publicar un trabajo en la Asociación Argentina de Economía Política sobre el fenómeno de la convergencia económica en las provincias argentinas, el tema que desarrolló Sala-i-Martin y con el cual adquirió enorme prestigio entre los economistas. ¡Espero que algún día pueda decirse que, al citarnos, demostró ser un gran visionario!
Pero saliendo de esta digresión, que es más una curiosidad o un comentario cargado de nostalgia que una cuestión relevante, paso a lo que dijo Sala-i-Martin (no estuve en el Coloquio; tomo lo que escribió al respecto Ambito Financiero):
1.- Que el gran desafío para la Argentina en los próximos años es “sentar las bases para ser competitiva en un mundo sin soja”.
2.- Que es clave la innovación en un mundo que cambiará por el impacto de las tendencias generadas en Asia, haciendo una analogía con el meteorito que extinguió a los dinosaurios. “Para el mundo occidental que dominó el planeta, todo lo que funcionaba, deja de funcionar. Y quien no sea capaz de adaptarse a ese enorme meteorito se va a extinguir. Este meteorito que nos está cayendo es el de 4 mil millones de trabajadores a un cuarto de salarios, más preparados, con quienes no podemos competir como lo hacíamos hasta ahora. No hay más alternativa que hacer cosas nuevas”.
3.- Que para tener una economía competitiva e innovadora se necesita educación y “que la gente de la calle sea capaz de crear ideas”.
4.- Que la clave, incluso para problemas fiscales y financieros como los que sufre Europa, es el crecimiento. “Tanto hablar de recortes y déficit fiscales, que se olvida el problema de fondo que es el crecimiento. Porque si España creciera al 7%, nadie se preocuparía por la deuda”.
No dio recetas sobre qué hacer concretamente si efectivamente creemos que la clave es el crecimiento. Por eso agrego, como vengo haciéndolo desde hace tiempo (por ejemplo, en los posts “Política económica para un país industrial”, “Un proteccionismo anacrónico” y “El legado metalúrgico y el nuevo paradigma de política industrial”, que recomiendo leer clickeando en cada uno de ellos), creo que un enfoque particularmente útil es el de Hausmann y Rodrik, que implica eliminar a través de la acción colectiva las trabas que impiden la diversificación productiva hacia actividades de mayor valor agregado, dando prioridad a aquellas actividades que pueden beneficiarse de la base de recursos y capacidades generadas por otras actividades “cercanas”, en el sentido de actividades con bases de recursos y capacidades parecidas.
Esto es muy relevante para Córdoba, que podría desarrollar:
1.- Servicios profesionales exportables, aprovechando el semillero de nuevos profesionales que proveen las universidades locales y las capacidades empresariales existentes en tecnologías de la información.
2.- Proteínas animales, aprovechando la ventaja comparativa de Córdoba en la generación de proteínas vegetales que pueden ser transformadas en proteínas animales.
3.- Alimentos funcionales (los alimentos que se elaboran no sólo por sus características nutricionales sino también para cumplir una función específica como mejorar la salud o reducir el riesgo de contraer alguna enfermedad), a partir de las capacidades empresariales existentes en la industria de la alimentación y el conocimiento existente en el sector científico-técnico provincial.
4.- Productos metalúrgicos para otras industrias como la alimenticia, la del vino, la de muebles, a partir de una industria metalmecánica con tanta historia en Córdoba.
5.- Sustancias para la industria alimenticia que son demandadas por la industria alimenticia local pero actualmente se importan, como algunos colorantes y gelificantes naturales.
Estos son sólo 5 ejemplos, de los muchos que pueden identificarse en Córdoba (que no son ideas mías, sino que vienen siendo propuestos, y algunos promovidos, por instituciones como el Consejo para la Planificación Estratégica de Córdoba, el Cluster Córdoba Technology, el Ministerio de Ciencia y Tecnología provincial, la Unidad de Vinculación Tecnológica de Córdoba, la Cámara de Industriales Metalúrgicos), ninguno de los cuales requiere protección en el sentido tradicional de las políticas industriales, de impedir la competencia para proteger sectores poco competitivos, sino acciones en línea con los modernos enfoques de la política industrial, que implican intervenir para destrabar el desarrollo de sectores de alto valor agregado y competitivos, sustentables a largo plazo sin ningún tipo de protección.
Tan inmersos como estamos en las cuestiones económicas de corto plazo, bienvenido el aire fresco que aportó el gran economista Xavier Sala-i-Martin.

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