Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

jueves, 28 de junio de 2012

Krugman se equivoca con Argentina


El 3 de mayo pasado, el economista Paul Krugman, Premio Nobel de Economía y uno de los más lúcidos analistas económicos de todo el mundo, publicó un post titulado Down Argentina Way. En ese post plantea que la prensa trata demasiado mal a la Argentina, cuando en realidad ha tenido un mejor desempeño que Brasil durante los últimos años. Para mostrar esto último, utiliza el siguiente gráfico:


Se trata de un gráfico que tiene dos problemas: (1) desde 2007, los datos oficiales argentinos sobre-estiman el crecimiento económico (de hecho, los datos oficiales ¡muestran crecimiento durante 2009, cuando prácticamente todo el mundo estuvo en recesión!) y, más importante todavía, (2) el año 2000 no es un buen punto de partida, porque la economía argentina venía cayendo desde 1998, y por lo tanto es lógico que luego recupere el terreno perdido.

Utilizando bien los números, la historia es diferente. El siguiente gráfico compara el PIB real de Brasil (al igual que el gráfico de Krugman) con el Índice General de Actividad de Orlando Ferreres (una variable que aproxima la evolución del PIB real, sin las distorsiones de medición que, como mencioné, tienen los datos de INDEC), arrancando la comparación en 1997, cuando ni Brasil ni Argentina estaban en recesión:


Estos datos muestran que no es correcto afirmar que Argentina creció más que Brasil durante los últimos años. De hecho, tomando 1997 como punto de partida, Brasil termina alcanzando en 2011 un nivel un 4.6% por encima de Argentina.

Krugman podría afirmar que, aunque Argentina no haya crecido más que Brasil, como mostraba erróneamente su gráfico, de todos modos no ha tenido tan mal desempeño. Agregaría entonces el siguiente gráfico, que mide la inflación de cada país:




Con estos datos, no estaría tan seguro en recomendar a otros países que sigan la receta argentina.

miércoles, 27 de junio de 2012

Un poco de aritmética económica


La semana pasada, en las Jornadas de Economía organizadas en Córdoba por la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, planteé en mi exposición que los economistas que dicen que la economía este año puede crecer entre 3% y 4% no se han tomado el trabajo de analizar los números: la evolución de la actividad económica hasta mayo implica que para alcanzar aquellos números, la economía tendría que crecer durante el resto del año a una tasa mayor al 12% anual.

Al otro día de mi exposición, el economista Arnaldo Bocco, exdirector del BCRA, planteó que la economía crecería este año entre 3.5% y 4% (lo publicó La Voz del Interior el domingo pasado). Al ver esto, me pregunté qué números estaría analizando Bocco.

Si se utilizan los datos del Índice General de Actividad elaborados por Orlando Ferreres y Asociados, muy utilizados para analizar la evolución de la actividad económica en Argentina, y se simula qué ocurriría si la actividad económica permaneciera entre junio y diciembre al nivel de mayo (es decir, crecimiento cero durante el resto del año, escenario optimista si se tiene en cuenta que el crecimiento es negativo desde septiembre del año pasado), se obtiene un crecimiento anual del 0.1%. Es decir, prácticamente nada de crecimiento. El otro análisis relevante es a qué tasa tendría que crecer la actividad económica entre junio y diciembre para que el año cerrara con un crecimiento del 4% anual, la tasa pronosticada por Bocco. El resultado es muy revelador: la economía tendría que crecer al equivalente al 21% anual para que en lo que resta del año la actividad económica creciera lo suficiente como para alcanzar la tasa anual pronosticada por Bocco. Imposible.

El problema puede estar en que Bocco seguramente no utiliza los datos de Ferreres. Veamos qué pasaría si utilizara los datos oficiales de INDEC, del Estimador Mensual de Actividad Económica. Si la actividad económica continuara entre mayo y diciembre al nivel de abril, es decir, si no hubiera crecimiento durante el resto del año, el acumulado de 2012 terminaría un 1% por encima del nivel de 2011. Y el crecimiento mensual que tendría que darse entre mayo y diciembre para que el año cerrara 4% por encima de 2011 es de casi el 1% mensual, lo que implica un equivalente anual de alrededor de 12.7% (no utilizo dato de mayo, porque todavía no está disponible; de todos modos, cuando lo esté, seguramente marcará una caída de la actividad económica, ya que el indicador de producción industrial de INDEC mostró en mayo una caída muy fuerte).

Sigo insistiendo, entonces, que aun en escenarios optimistas, en los cuales la actividad económica mejorara sustancialmente durante el segundo semestre del año, será difícil superar un 1.5% anual de crecimiento, tal el crecimiento anual que se alcanzaría si la actividad económica creciera durante el resto del año a una acelerada tasa anual de más del 7%. Dada la situación económica actual, ese 1.5% es claramente un techo bastante difícil de alcanzar.

Explicación de cómo analizar las tasas de crecimiento de la actividad económica, en mi libro Macroeconomía para No Economistas, de editorial EDICON.

miércoles, 20 de junio de 2012

Economía en 5 minutos


Cuánto está cayendo la actividad económica, qué factores pueden influir sobre la actividad económica en los próximos meses y cuál puede ser el impacto del plan de créditos hipotecarios anunciado por el Gobierno Nacional.

Todo esto a continuación en Economía en 5 minutos, por gentileza de Economic Trends.

jueves, 14 de junio de 2012

Comentarios sobre el plan de créditos Procrear


Fue el gran anuncio de la semana. Doy por descontado que la mayoría de los argentinos estaremos de acuerdo con que (1) hay que pensar políticas para facilitar el acceso a la vivienda propia y (2) es razonable invertir los fondos de la ANSES en activos de largo plazo, y también que muchos estarán de acuerdo con que (3) es razonable pensar políticas anticíclicas, o de estímulo a la demanda agregada, en una situación de estancamiento económico como ocurre actualmente. Por lo tanto mis comentarios se centran en otras cuestiones:
1.- Es muy discutible la utilización de fondos de la ANSES para un programa de créditos hipotecarios fuertemente subsidiados, con tasas de interés muy por debajo de la inflación. Con tasas del 2% al 14% durante los primeros cinco años, aun cuando posteriormente haya un limitado ajuste por variación de salarios, a los niveles actuales de inflación esos 5 años bastan para licuar fuertemente el capital acumulado por la ANSES destinado a estos créditos. Subsidios de esas características deberían ser legislados y salir de rentas generales.
2.- Habría sido más razonable aplicar fondos de la ANSES a créditos hipotecarios indexados por evolución de salarios, ya que una indexación de esas características preservaría la capacidad de pago de los tomadores de dichos créditos y al mismo tiempo preservaría el capital de la ANSES en término de las jubilaciones a pagar, que a largo plazo se mueven al ritmo de los aumentos salariales. Un esquema de esas características no sería objetable, excepto por el hecho de que la lógica de preservar el valor de los fondos acumulados por ANSES previendo jubilaciones futuras pierde fuerza cuando hay miles de juicios de jubilados actuales pendientes de pago.
3.- Hay un argumento de justificación del uso de los fondos de ANSES, aun con fuerte subsidio, que suena razonable, pero no lo es. El argumento es que, dado que las jubilaciones futuras se pagarán mediante el aporte de trabajadores futuros (a fin de cuentas se trata de un esquema de reparto, no de capitalización), asignar fondos con fuertes subsidios implícitos como en este caso implica más actividad económica y más empleo futuro, con lo cual habrá mayor capacidad para pagar jubilaciones. Si los fondos se asignaran a inversiones productivas, tendría algún sentido comenzar a considerar ese argumento; asignándose a la construcción de viviendas, que por definición no aumenta la capacidad de producción de la economía, el argumento no tiene sentido. En otras palabras, asignando los fondos subsidiados a la construcción de viviendas no se modifica la capacidad de producción futura de la economía, con lo cual no se crea más empleo futuro, y por lo tanto las jubilaciones futuras serán más difíciles de pagar porque, a igualdad de empleo, los fondos acumulados serán menores por la licuación del poder adquisitivo de los fondos devueltos por los tomadores de los créditos.
La falacia está relacionada, en el fondo, con una confusión entre demanda agregada y oferta agregada: un plan que fomente la construcción aumenta la demanda agregada de la economía, permitiendo mejorar el nivel de actividad económica actual en medio de una situación de estancamiento o recesión, pero no aumenta la oferta agregada de la economía (o, visto de otra manera, la capacidad de producción de la economía), y por lo tanto no aumenta la actividad económica futura, algo que sólo se logra con inversiones productivas y/o mejoras tecnológicas.
4.- El problema de fondo vinculado a las necesidades habitacionales insatisfechas, es la alta inflación sin esquema de indexación, que hace inviable la existencia de créditos hipotecarios (no subsidiados) a tasas razonables. Bajar la inflación sería una mejor estrategia para acercar las viviendas a quienes las necesitan.
5.- Justamente en este contexto de inexistencia de crédito hipotecario (no subsidiado) a tasas razonables, muchos desarrollistas han diseñado, durante los últimos años, esquemas de financiación en pesos al estilo “plan de ahorro”, con cuotas ajustables por costo de construcción y avance de obras calzado con el flujo de ingresos por cuotas. A pesar de haber acercado una solución a las familias de clase media que de otro modo no podrían acceder a una vivienda propia, estas empresas se verán ahora perjudicadas, al menos por algunos meses, por una menor disposición de las familias a comprometerse con el pago de cuotas por varios años, cuando tienen la posibilidad de intentar acceder a créditos tan fuertemente subsidiados.
6.- Un argumento a favor de este plan es que dará oxígeno a la economía, aumentando la demanda agregada justo cuando la economía está estancada. Esto puede ocurrir, aunque no necesariamente ocurrirá, ya que (a) una parte de los créditos, la que es asignada a proyectos en tierras fiscales, seguramente demandará varios meses hasta generar proyectos en marcha, (b) mientras las familias intentan acceder a estos créditos, pueden frenarse proyectos privados alternativos, que de otro modo podrían avanzar más rápidamente. Por supuesto, cuanto antes se concedan los créditos destinados a quienes ya son propietarios de un terreno, más rápidamente comenzará a observarse una reactivación del sector de la construcción, y de la demanda de materiales para la construcción. 


Si el objetivo fuera impulsar rápidamente la demanda agregada, el pago de juicios pendientes a los jubilados, y aumentos de jubilaciones según lo establecido por la Corte, irían automáticamente a aumentar el consumo privado. La ANSES responde que esto pondría en riesgo la sustentabilidad del sistema previsional. Debería explicar entonces por qué el programa de créditos hipotecarios no lo hará.

lunes, 4 de junio de 2012

Diálogo en Bipolares: La política económica a la deriva


Esta mañana, en el diálogo de los lunes en Bipolares, por FM 96.1 de Córdoba, analizamos lo que está ocurriendo con la política cambiaria y con el mercado paralelo del dólar. A continuación el audio.