Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

jueves, 20 de octubre de 2011

Al fin la elección presidencial

Todo indica que la elección presidencial del próximo domingo será la elección con menos incertidumbre política que se recuerde. La diferencia de votos entre CFK y el resto fue tan grande en las primarias de agosto, y las encuestas actuales son tan coincidentes, que hasta los propios candidatos de la oposición reconocen que la elección ya está definida.
Y sin embargo, la elección del domingo próximo sigue siendo importante desde el punto de vista de las expectativas económicas, simplemente porque quienes han estado comprando dólares en las últimas semanas lo han estado haciendo, fundamentalmente, porque tienen expectativas de devaluación (porque el mundo está más complicado, porque Brasil subió su tipo de cambio, porque se percibe que nuestro tipo de cambio está atrasado), y han tenido expectativas de devaluación para después de la elección, no antes. Todo el mundo sabe que no es políticamente viable devaluar antes de una elección (a menos que no haya más remedio, y no es el caso actual). Afortunadamente, las pérdidas de reservas y subas de tasas de interés se produjeron fundamentalmente al final de la campaña, cuando podrían haberse producido antes, impactando así sobre la economía real.
Que esta situación se revierta requiere dos cosas, ahora que termina el proceso electoral. (1) Que no empeore el contexto internacional, algo que no depende de nosotros,  sino que depende en gran medida de lo que resuelva la Unión Europea, justamente el próximo domingo, y el G20, a comienzos de noviembre, y (2) que el Gobierno tome medidas apropiadas a partir del lunes. Entre estas medidas no está una devaluación, que creo aumentaría la fuga de capitales en lugar de reducirla. Algunos economistas argumentan que la forma de cortar con la salida de capitales y las altas tasas de interés es devaluando de una sola vez, para eliminar expectativas de devaluación posterior. Pero creo que se equivocan, por una cuestión de magnitudes. Devaluando, el gobierno corre el riesgo de quedar “atrapado a la mitad”: con una devaluación demasiado alta para la inflación que tenemos y demasiado baja para convencer de que se trata de la última devaluación.
Creo que la mejor estrategia, como vengo sosteniendo desde hace mucho tiempo, es (1) dar señales muy contundentes de que no habrá devaluación, (2) comenzar a subir gradualmente el tipo de cambio recién luego de que haya cedido la salida de capitales. Y creo que es probable que el Gobierno haga esto, como ya lo hizo en 2008 y 2009. Pero esta vez, para que funcione, debería también (1) lograr aumentos salariales inferiores al 20% en 2012, (2) reducir emisión monetaria y aumento de gasto público por debajo del 20% y (3) iniciar un proceso de reducción gradual de subsidios para disminuir las necesidades de emisión para financiar déficit fiscal.
Estas son las señales de muy corto plazo que tendremos que observar desde el lunes próximo.

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