Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Perspectivas macroeconómicas para 2013


A continuación, 5 claves de análisis que creo útiles para anticipar 2013.

1.- El Gobierno Nacional continuará con su estrategia de aumento de gasto público financiando déficit fiscal con emisión monetaria. Lo hará mientras (a) le alcance el límite de adelantos transitorios que establece la Carta Orgánica del BCRA y (b) la economía siga absorbiendo pesos, de tal modo que el impacto inflacionario de la emisión monetaria sea relativamente reducido (por eso emite al 40% anual y logra una inflación de “sólo” el 25% anual).

2.- Al ritmo al que probablemente continúe aumentando el gasto público, el límite de adelantos transitorios alcanzaría hasta el último trimestre del año. Es decir, alcanzaría para llegar a las elecciones legislativas de octubre sin haber agotado esa vía de financiación. Luego de la elección de octubre, el límite se acabará y, por lo tanto, el Gobierno Nacional tendrá que hacer algo: reformar nuevamente la Carta Orgánica del BCRA, reducir subsidios para bajar gasto público, déficit fiscal y emisión monetaria y/o conseguir alguna caja que aporte u$s 10,000 millones o más.

3.- Los mecanismos de absorción de pesos (como el circuito de operaciones inmobiliarias, que hasta 2011 operaba en dólares y desde 2012 opera en pesos) pueden durar varios meses más, pero pueden acabarse antes de octubre. El problema es que nadie sabe cuándo puede suceder. Si se acabaran luego de las elecciones de octubre, razón más que suficiente para que el Gobierno Nacional continúe con su estrategia macroeconómica hasta las elecciones (después verá). Si se acabaran antes de las elecciones de octubre, pero muy cerca de ellas, podrá “estirar” la situación hasta las elecciones, interviniendo más en el mercado mediante la colocación de Letras y Notas del BCRA que permitan sacar pesos de circulación para moderar su impacto inflacionario (después verá). Y si se acabaran mucho antes de las elecciones, ahí sí se complicará su estrategia de seguir gastando con emisión monetaria.

4.- La inflación seguirá estable en torno al 25% anual mientras duren los mecanismos de absorción de pesos, al igual que la estabilidad del dólar paralelo, fluctuando en alrededor de un 30% por encima del dólar oficial. Cuando se acaben los fenómenos de absorción de pesos, tanto la inflación como la brecha cambiaria (diferencia entre dólar paralelo y dólar oficial) se irán para arriba a menos que el Gobierno Nacional comience a moderar la emisión monetaria.

5.- Dado que los mecanismos de absorción de pesos son difíciles de monitorear (si es que eso es posible), es necesario buscar algún indicador indirecto que permita identificar cuándo se acaban dichos mecanismos. Un indicador es la inflación mensual comparada con la del año previo: cuando ambas líneas (inflación actual vs inflación el año previo), que hasta ahora han sido casi idénticas, comiencen a separarse (con la inflación actual yéndose para arriba), será señal de que los efectos monetarios que han estado amortiguando el impacto de la emisión de pesos se han acabado. Allí el gobierno se verá forzado a hacer un cambio de estrategia, o correr riesgo de disparada de la inflación y del dólar.

domingo, 30 de diciembre de 2012

El desafío de los pronósticos económicos en Argentina


Muchas veces me he referido a las limitaciones que tiene la ciencia económica para anticipar el futuro. Y a la particularidad de la economía argentina, donde todo lo que ocurre en otros lugares ocurre aquí con más frecuencia e intensidad, y encima ocurren cosas diferentes, lo cual hace más difícil aun el desafío de anticipar el futuro.

Sin embargo, también me he referido muchas veces a que estas dificultades no deben resignarnos a que el futuro nos sorprenda completamente. Por el contrario, tenemos que utilizar todos los elementos analíticos y estadísticos para tratar de anticiparlo del modo más preciso posible. Es clave para tomar decisiones en una economía tan volátil.

Dos muestras de que, como sigo creyendo, tal tipo de ejercicios es muy útil. Hace un año, en el post “10 claves para pensar la economía en 2012” (hacer click aquí), anticipamos gran parte de lo que ocurrió en 2012, incluyendo el valor del dólar por estos días. Y hace 9 meses, en el post “5 tips para anticiparse a la economía en 2012” (hacer click aquí) agregamos el análisis de por qué el Gobierno Nacional podría continuar con la estrategia de financiar todo el déficit fiscal con emisión monetaria sin acelerar la inflación. Esto efectivamente ocurrió así, tal cual lo previmos, y creo que es la clave del análisis para 2013, que queda para próximos posts.

lunes, 17 de diciembre de 2012

El “mercantilismo” de Moreno


Una de las principales políticas económicas han sido este año las fuertes restricciones a las importaciones. Podría pensarse que se trata de una política proteccionista, como ocurrió entre las décadas del 30 y el 70 del siglo XX con las políticas de industrialización por sustitución de importaciones. Pero creo que esto no ha sido así. Parece más una política “mercantilista” que una política proteccionista.

El mercantilismo es un conjunto de ideas económicas vigentes entre los siglos XV y XVIII, entre las cuales se encontraba la idea de que la riqueza de las naciones estaba dada por la cantidad de metales preciosos que se obtuvieran mediante el comercio internacional, lo que justificaba distintas medidas para restringir las importaciones y, con ello, la salida de estos metales. Desde Adam Smith a fines del siglo XVIII, los economistas sabemos que la riqueza de las naciones tiene poco que ver con esos excedentes de metales preciosos, o de divisas, su equivalente actual.

Si hubiéramos estado frente a objetivos proteccionistas, deberíamos haber observado, por ejemplo, mayores restricciones a las importaciones de bienes de consumo que a las importaciones de bienes intermedios o de bienes de capital, pero ocurrió exactamente lo contrario. Una política destinada principalmente a generar un excedente de dólares, casi a cualquier precio, como ocurría en tiempos del mercantilismo, debería implicar mayores reducciones de importaciones en los rubros más importantes de importaciones (es lógico poner el foco en los rubros con mayor impacto potencial). Y eso es lo que efectivamente ocurrió: las importaciones de bienes intermedios representaron en 2011 el 29% del total, y su volumen cayó un 8.2% en los tres primeros trimestres de este año; mientras que las importaciones de piezas (20% del total) cayeron 4.8%, las importaciones de bienes de capital (19% del total) cayeron 4.7% y las importaciones de bienes de consumo (11%) cayeron 2%.


El objetivo fundamental asignado a la Secretaría de Comercio ha sido generar un sobrante de dólares que permita al BCRA comprar los dólares que pierde al prestárselos al Tesoro Nacional para pagar vencimientos de deuda pública, independientemente de cuánta protección (o perjuicio) genere en la industria. Ahora que el Gobierno Nacional habla de políticas industriales, ¿cambiará este perfil “mercantilista” por uno proteccionista?

martes, 11 de diciembre de 2012

Otra vez la idea de un pacto social


Una de las noticias económicas de la semana es la idea, reflotada por enésima vez, de un pacto social de precios y salarios, como instrumento para moderar las presiones inflacionarias. A tal punto se trata de historia repetida, que hace dos años analizábamos en detalle una iniciativa similar (ver post “Para qué sirve un pacto social”).

Cabría preguntarse en primer lugar si es posible una moderación salarial. La respuesta es que esto es difícil por dos motivos: (1) una CGT dividida hace más difícil lograr aumentos salariales inferiores a los de este año y (2) es posible convencer a los sindicatos de que acepten menores aumentos salariales en un marco de políticas anti-inflacionarias creíbles, pero es muy difícil hacerlo en un contexto de fuerte emisión monetaria y de probable aumento de gasto público por motivos electorales.

Cabría preguntarse en segundo lugar si tiene sentido un pacto social. La respuesta está en los tres tipos de políticas anti-inflacionarias que suelo plantear: programas ortodoxos, que sólo se enfocan en las políticas monetaria, fiscal y cambiaria, y tienden a fracasar porque no hacen nada por frenar la inercia inflacionaria; programas populistas, que sólo se enfocan en las políticas de ingresos (pactos sociales o congelamientos de precios y salarios), pero terminan fracasando porque generan efectos “olla a presión” por no prestar debida atención a las políticas monetaria, fiscal y cambiaria; programas heterodoxos, que se ocupan tanto de las políticas monetaria, fiscal y cambiaria (las políticas que generan inflación en primera instancia) como de las políticas de ingresos (los acuerdos de precios y salarios, destinados a reducir la inercia inflacionaria), y tienen chances de reducir la inflación rápidamente, sin frenar la economía, en la medida en que sus componentes estén adecuadamente calibrados.

El nuevo intento de pacto social tendría sentido en el marco de un programa heterodoxo que apunte a reducir la inercia inflacionaria mientras modera las políticas que generan inflación en primera instancia. Tiene menos sentido en el contexto actual, en el cual las políticas fiscal y monetaria operan a altas revoluciones, sin indicios de moderación durante 2013.

En síntesis, pocas chances de éxito para el nuevo intento de pacto social.