Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

lunes, 30 de mayo de 2011

Entrevista en Punto a Punto

A continuación, la entrevista que me hizo Punto a Punto y que publicó la semana pasada en su Guía 2011 de inmobiliarias, desarrollistas y constructores, sobre las perspectivas del sector inmobiliario y desarrollista:

1.- ¿Las mediciones para la Ceduc, qué tendencia están marcando para el mediano plazo?
Las mediciones del Índice de Ventas de Inmuebles de Córdoba, que elabora MKT para la CEDUC, todavía no marcan una tendencia clara para el mediano plazo ya que recién este mes completaremos 12 meses seguidos de medición, y el mes próximo ya tendremos más de 12 meses, con lo cual podremos hacer comparaciones interanuales. De todos modos, por el análisis que estamos haciendo de los resultados y de un conjunto amplio de variables sectoriales y macroeconómicas, creo que es muy probable que las ventas del sector inmobiliario muestren relativamente bajo crecimiento hasta las elecciones, pero sin que esto modifique una tendencia de mediano y largo plazo hacia la inversión en inmuebles como refugio seguro para los ahorros.

2.- ¿En función de los datos, qué tipo de productos son los más demandados? Crees, como economista, que si hubiera financiamiento para la clase media, habría una modificación de ese perfil? ¿Hacia qué productos?
En los últimos meses observamos menos dinamismo en las ventas de departamentos y más dinamismo en las ventas de lotes. Mi hipótesis es que las primeras están más influidas por el mayor posicionamiento en dólares que se está produciendo (por eso subió el dólar marginal en las últimas semanas), y que seguramente seguirá produciéndose hasta las elecciones, mientras que las segundas están menos influidas por esos aspectos financieros y más por otras motivaciones relacionadas con la vivienda propia para individuos de clase media y media alta con cierta capacidad de ahorro. También puede estar influyendo la menor rentabilidad de las inversiones en departamentos (subieron muchos los costos en dólares, y no tanto los precios), que hace más atractiva la construcción de casas y dúplex.
Si hubiera financiamiento para la clase media seguramente la demanda se desplazaría un poco de departamentos a casas. Con financiamiento a bajo costo para clase media, el circuito normal implicaría ahorros que van a los bancos y bancos que otorgan créditos hipotecarios; sin ese financiamiento, los ahorros van directamente a inmuebles que luego se alquilan a los que de otro modo los comprarían con créditos hipotecarios. Es decir, los fondos terminan llegando a los inmuebles, pero salteando el sistema financiero, y cambiando quién termina siendo el propietario. Pero este segundo circuito seguramente está más sesgado a departamentos, considerados más fáciles de alquilar que una casa.

3.- ¿Cómo ve es el panorama entre los desarrollistas? ¿Hay incertidumbre por las elecciones? O esta vez predomina la idea de que con un dólar planchado y tasas negativas el ladrillo logrará seguir ganando?
Las elecciones generan incertidumbre. Hay proyectos listos para arrancar, que seguirán en el “freezer” hasta que pasen las elecciones. Y la actual evolución del dólar y los precios no beneficia al sector desarrollista, ya que implica una baja rentabilidad por costos en dólares que suben más de lo que suben los precios. Para ponerle números a este fenómeno: desde enero de 2005, el costo de construcción en dólares subió 140%, mientras que los precios de inmuebles (también en dólares) subieron en Córdoba sólo el 63%. Esto implica que un proyecto que tenía en 2005 una rentabilidad alta de, por ejemplo, el 40%, ahora debería tener una rentabilidad más ajustada, de sólo el 15%. Si esto comienza a corregirse, no será antes de 2012.

4.- ¿Cuánto pesa la inflación en el sector? Puede haber proyectos que se frenen o lo más frecuente es la salida de aquellos desarrollistas que no eran tradicionalmente de la actividad...
Pasan las dos cosas. Con la fuerte caída de rentabilidad de los últimos 3 ó 4 años, han salido del sector muchos desarrollistas incipientes, sin experiencia previa, a los cuales la actividad les resultaba atractiva entre 2003 y 2007, ya que los altos niveles de rentabilidad compensaban casi cualquier ineficiencia, pero esto ya no ocurre de 2008 en adelante. Pero también está complicando a desarrollistas con experiencia, que tienen que afinar la puntería con cada proyecto. Por ejemplo, ya es muy difícil hacer rentable un proyecto en Nueva Córdoba, porque los márgenes que deja la construcción ya no compensan el alto costo de la tierra en esa zona. Por eso todos los desarrollistas están buscando tierras más baratas en otras zonas de la ciudad.

5.- Los datos marcan que el ladrillo es la opción de inversión en la que más confían los argentinos..., ¿hasta cuándo hay posibilidad de que siga creciendo teniendo en cuenta que también el mercado de los alquileres ve reducida su rentabilidad? ¿O es una alternativa que supera esa alternativa?
Creo que el ladrillo seguirá siendo una opción atractiva para muchos inversores, dado que la confianza en el sistema bancario y financiero se pierde rápido (como lo hemos hecho en Argentina en varias oportunidades) pero se recupera muy lentamente. Además, no todas las inversiones inmobiliarias tienen baja renta: las oficinas tienen en general baja renta en Córdoba pero los departamentos una renta “normal” del 5% anual y los locales comerciales pueden llegar al 7% anual en dólares.

6.- El sector reclama desde hace tiempo al gobierno líneas hipotecarias para el sector medio, ¿es el subsidio de la tasa el camino? ¿qué otra posibilidad imaginas?
Con una inflación del 25% anual es imposible hacer funcionar un mercado hipotecario, porque la cuota es impagable. Bajemos la inflación al 5% (no es imposible, la mayor parte del mundo sabe hace tiempo cómo hacerlo), y luego sí veamos mecanismos que den un empujón adicional, subsidiando tasa para algunos segmentos, o destinando fondos para financiar a largo plazo a los bancos, por ejemplo, con fondos del sistema jubilatorio invertidos en cédulas hipotecarias en lugar de títulos públicos.

7.- ¿Cuánto sería hoy, a tu criterio, la cuota promedio que pueden afrontar los argentinos medios para comprar una casa, en qué plazo?  Es la falta de relación entre ingresos y pagos los que los deja afuera del mercado....
En el Gran Córdoba hay actualmente unos 24,000 hogares que alquilan la vivienda en la que residen, tienen un tamaño familiar compatible con un departamento, y están en condiciones de pagar una cuota similar a la que pagan quienes están accediendo a los planes de ahorro para vivienda que se han multiplicado desde el año pasado en Córdoba. Y en el Gran Río Cuarto, por ejemplo, hay otros 3,000 hogares en esas condiciones. Más que la relación entre ingresos y precios de inmuebles, lo que los deja afuera del mercado son las condiciones financieras (tasas y plazos). Por ese motivo se están vendiendo en Córdoba tantos planes de ahorro para vivienda.

lunes, 23 de mayo de 2011

Entrevista en el Puntal

La edición de hoy del Puntal de Río Cuarto publica una entrevista muy interesante que me hizo la semana pasada el periodista Gonzalo Dal Bianco. A continuación la entrevista:

“La inflación está favoreciendo políticamente al Gobierno”
Con la suba de precios lejos de escaparse de las manos y con salarios que no pierden poder adquisitivo, el economista aseguró que Cristina se encamina hacia una elección con una economía sin sobresaltos
Con la inflación al 25% y los salarios siguiéndola de cerca, por ahora la situación económica nacional no impactará negativamente en las pretensiones electorales del oficialismo. Eso es lo que destacó el economista cordobés Gastón Utrera, quien además señaló que al Gobierno el esquema le cierra porque aparece como quien defiende a la población del proceso inflacionario fogoneado por el sector empresario.

“La inflación es alta, pero desde hace varios meses está estabilizada en torno al 25% anual, lo que implica que no está descontrolada como algunos economistas temían que pudiera ocurrir”, explicó.

¿Es positivo saber cuánto será la inflación aunque sea alta?

Es bueno ante la alternativa de tener una inflación alta y descontrolada. Es malo porque sigue siendo muy alta en términos internacionales. Dilma Rousseff está muy preocupada por la inflación en Brasil y es del 6%. De todas maneras, tener información sobre la inflación es cada vez más complicado porque las consultoras sufren la ofensiva de Moreno y las multas. Pero todo indica que la inflación no se está descontrolando y si bien los precios suben, lo hacen a un ritmo estable.

Tampoco la inflación generó un freno en el consumo y en la actividad económica como se temía...

No, es cierto. Eso fue también el temor de algunos economistas. Y creo que no va a ocurrir este año. Porque so pasa cuando se genera un atraso en los salarios y una pérdida del poder adquisitivo que en general no está ocurriendo. Los salarios le vienen siguiendo el ritmo a la inflación, y no sólo aquellos en blanco, sino que ahora también lo hacen los de los trabajadores en negro. El comercio fue en abril el sector de la economía que más creció y eso tiene que ver con que los trabajadores no pierden poder adquisitivo y que la inflación alienta a gastar cualquier tipo de excedente, y además hay disponibilidad de créditos para el consumo.

Cristina tiene un horizonte económico despejado para ir a la elección.

Va a llegar, desde el punto de vista económico, con una situación altamente favorable como es con el consumo creciendo y la gente consumiendo.

¿Y el resto de la actividad?

Es diferente. Sigue creciendo pero lo hace a tasas más moderadas. Entre mitad de 2009 y mitad de 2010 creció al 7,5% anual y a partir de ahí lo hace a poco más del 4%.

¿Por qué se da esa desaceleración?

Es consecuencia de que la economía ya no tiene la capacidad ociosa que tenía al salir de la crisis. En cualquier recuperación existe el primer tramo más simple que es utilizando la capacidad existente dada por inversiones anteriores. Cuando eso se agota, es necesario contar con nuevas inversiones para seguir creciendo. Podríamos decir que en agosto del año pasado terminamos la primera etapa, cuando se agotó la capacidad instalada y recuperamos el nivel de actividad previo a la recesión. A partir de ahí pasamos al terreno del crecimiento propiamente dicho. Es razonable que ahora crezca a una tasa menor.

¿Puede haber algún cambio en este panorama de acá a las elecciones?

La inflación difícilmente se vaya de las manos. En parte porque ocurre un fenómeno de mayor posicionamiento en dólares de algunos inversores y ahorristas. En el primer trimestre del año hubo una mayor salida de capitales de la que tuvimos en igual período del año pasado, es decir, hubo más demanda de dólares. En la medida que eso ocurra, paradójicamente le quita necesidad de emitir dinero al Banco Central. El principal motivo por el que el Central viene emitiendo dinero en los últimos años es porque compra muchos dólares para evitar que el tipo de cambio baje. Compra dólares y coloca pesos en el mercado.

¿Aparecieron competidores del Central en la compra de dólares?

Exactamente, entonces tiene menos necesidad de emitir pesos. Y es probable que compense la fuerte emisión de los últimos meses. Si analizamos los agregados monetarios con respecto a  un año atrás vemos que está 35% arriba y eso genera presión inflacionaria.

¿Puede bajar el nivel inflacionario entonces?

No, es probable que se mantenga en los niveles actuales. Y si el contexto internacional se mantiene favorable con altos precios de los commodities, Brasil creciendo aún con el cortocircuito generado ahora, es muy difícil revertir el actual ciclo expansivo de la economía. Las perspectivas son positivas pese a la inflación y a un cierto atraso cambiario. Pero por suerte el dólar ahora está débil y eso, en cierto modo, es como devaluar sin devaluar. El trabajo sucio de ajustar los números de la competitividad cambiaria lo terminan haciendo otros por nosotros. Para chocar la economía hay que esforzarse y mucho.
Obviamente el contexto puede cambiar, pero por ahora no hay señales de que eso pueda ocurrir.

¿Sí es probable que se pueda aprovechar el contexto mejor de lo que se lo hace?

Se lo podría aprovechar muchísimo mejor. Que tengamos una tasa de pobreza que se ubica cerca del 30%, según las consultoras privadas, después de ocho años de fuerte crecimiento es que no aprovechamos del todo las oportunidades que tuvimos. Deberíamos estar pulverizando la pobreza, mejorando en los rankings de educación y no tener los problemas de toma de tierra que se vieron en Buenos Aires.

Además de la emisión monetaria, ¿qué otras causas alientan la inflación?

Es un problema multicausal. Pero por un lado hay motores de la inflación: el de las políticas monetaria, cambiaria, y fiscal. Los que estuvieron funcionando a altas revoluciones en Argentina fueron los dos primeros. Al haber un gran ingreso de dólares por el valor de los commodities, genera que alguien tenga que comprar ese excedente. Y hay 3 formas de contrarrestar la apreciación del tipo de cambio: dejarlo que se aprecie como hizo Brasil; evitarlo con la compra de dólares del Tesoro Nacional, como Chile hizo con los excedentes del cobre; la otra es la argentina, donde se hace intervenir al Banco Central, que es emitiendo pesos y generando inflación. Al tratar de mantener el tipo de cambio alto con la política monetaria, y no a través del Tesoro, genera inflación.

Pero hay otros factores que influyen...

Sí, pero una vez que se generó ya la inflación. Allí aparecen factores que le dan inercia inflacionaria como las pujas salariales y las expectativas. Por eso hay que tener en cuenta ambos factores. Es impensado que algún sindicato cierre acuerdos por debajo del 25%. Lo que no quiere decir que sólo se generen por expectativa o por la puja salarial. Eso no se da en ningún lugar del mundo. El origen está en los motores.

¿Cuál es la conveniencia del Gobierno de mantener este esquema inflacionario?

Es un negocio político interesante. Si se dan jubilaciones y subsidios y la inflación les licúa el poder adquisitivo, le permite al Gobierno salir a anunciar aumentos, culpando de las subas a los empresarios. Y, además, al no reconocerla oficialmente, aumenta la recaudación y no paga mayores intereses porque los títulos están indexados por inflación. Y no lo perjudica electoralmente porque los salarios aumentan junto a la inflación. Si es electa Cristina, seguramente tendrá que trabajar para bajarla.

¿Se lo puede mantener eternamente?

Se lo puede mantener en la medida en que algunas variables se ajusten a ese ritmo como el tipo de cambio. Si el tipo de cambio se ajusta muy poco con precios que suben al 25% sí es inconsistente.

¿Para bajar la inflación hay que enfriar la economía?

Esa es una falsa disyuntiva asociada a la idea de que para crecer mucho hay que hacerlo con altas tasas de inflación y para no tener inflación hay que crecer poco. Hay infinidad de países que con inflación baja crecen mucho y durante mucho tiempo. Fogonear el consumo sirve cuando hay mucha capacidad ociosa, cuando se sale de la recesión. Pero cuando se agota la capacidad instalada, mantener esa política sólo genera inflación. Hay que expandir la oferta.

“Córdoba tiene posibilidades enormes”

Utrera destacó que el contexto mundial le da tanto a Córdoba como a Río Cuarto un gran horizonte de crecimiento. “Más allá de todas las correcciones que deberían hacerse en la economía, Argentina tiene una posibilidad muy grande y en ese contexto Córdoba y Río Cuarto la tienen también. El mundo hace tres décadas que demanda de manera muy fuerte alimentos y un tipo particular como las proteínas animales. Eso, porque hay un conjunto de países asiáticos que vienen creciendo mucho y vienen sacando a millones de personas de la pobreza y las economías cuando se desarrollan pegan un salto en la demanda de proteínas. Aumenta sustancialmente la demanda de carne.

Por eso Argentina y Córdoba tienen un potencial grande si utilizan parte de los granos en engordar ganado. Actualmente no lo hace y se dedica casi exclusivamente a exportar los granos para que otros engorden ganados y transformen las proteínas. En particular el interior tiene perspectivas de generar excedentes agropecuarios que terminan derramando en otros sectores de la economía”, destacó el economista.

El sector inmobiliario se prepara para recibir otro fuerte envión

“Algo que se está comenzando a ver fuerte otra vez en Río Cuarto es un derrame muy grande hacia el sector inmobiliario. La inversión es muy atractiva por el elevado riesgo que tienen otras alternativas, especialmente para pequeños y medianos. Esos ven más riesgosa una inversión financiera o bancaria”, explicó Gastón Utrera.

Cuando la cosecha gruesa está llegando a su fin con los últimos lotes de maíz y los números se acercan nuevamente al récord, la posibilidad de un fuerte ingreso de divisas a la zona es nuevamente un hecho.

“Hubo en los últimos años temor por la posible saturación del mercado inmobiliario, pero es altamente probable que eso no ocurra porque en realidad hay una demanda final que se sostiene, por el modo en que Argentina canaliza ahorro a viviendas”, señaló Utrera. Para el economista, en gran parte del mundo el esquema lógico es que “hay alguien que tiene ahorros, que los deposita en un banco y esa entidad lo presta como crédito hipotecario para que otra persona que lo necesita lo adquiera y se transforme en propietario de vivienda. En Argentina el sector bancario es tan chico, en términos relativos es un décimo del chileno, que quien tiene ahorro en vez de depositarlo para que el banco lo preste para vivienda, lo invierte directamente en ladrillos y luego lo alquila a quien lo necesita”, explicó. Entonces, se termina canalizando el ahorro hacia la vivienda pero sin el sector financiero y cambiando al propietario de la casa. “Ese mecanismo va a seguir durante mucho tiempo porque el sector financiero tardará muchísimo en recuperar la confianza, pero además porque un mercado de crédito hipotecario es prácticamente imposible de desarrollar con inflación alta. Quien necesita la vivienda no la puede comprar a través de un crédito hipotecario, quien tiene los ahorros la compra y decide alquilarla. Eso lo hace sustentable al proceso de inversión inmobiliaria actual”, aseguró Utrera.

En este marco, el especialista destacó que Río Cuarto tiene una oportunidad importante “y por eso vemos algunos desarrollistas que hacen pie en la ciudad con proyectos interesantes. Es claramente el polo natural de atracción de esos excedentes para canalizarlos al sector inmobiliario. Para los productores de toda esta región es más atractivo invertir acá que en Córdoba o Rosario. Río Cuarto tiene además el potencial de absorber esa inversión con desarrollos inmobiliarios importantes”, destacó.

Los permisos de edificación en esta ciudad en comparación con Córdoba, y aun siendo en términos de tamaño poblacional, el 11 o 12 por ciento de la Capital provincial, fueron en los años de precios altos de commodities equivalentes hasta el 30 por ciento del total de la ciudad de Córdoba.

“Es altamente probable que en términos de desarrollo inmobiliario haya varios proyectos en marcha hacia adelante. De hecho hay una demanda insatisfecha que dará lugar a eso. En el gran Río Cuarto hay unas 3.200 familias que alquilan y están en condiciones de pagar una cuota al estilo de las que pagan en ciudad de Córdoba en esquemas de ahorro. Y hay otras 7 mil familias que aún teniendo casa propia tienen margen para invertir en este tipo de proyectos”, concluyó Gastón Utrera.
Gonzalo Dal Bianco


sábado, 7 de mayo de 2011

Economía en 5 minutos

En este post de Economía en 5 minutos, un análisis de los 3 fenómenos clave para pensar la economía argentina hasta las elecciones: la desaceleración de la actividad económica, la estabilización de la inflación (no de los precios) y la mayor demanda de dólares.

Diálogos Económicos

Periodista. Gastón, hace tiempo que no hablábamos.
Gastón Utrera. Así es.
P. ¿Cambiaron muchas cosas desde la última vez?
GU. No muchas. Los problemas de la economía argentina siguen siendo básicamente los mismos, con más incertidumbre por el hecho de estar ya en un año electoral, incertidumbre que se refleja en la mayor compra de dólares y la suba del dólar marginal. Sin que se acelere la inflación, como muchos temían, pero con una desaceleración de la economía.
P. ¿Cómo es esto? ¿La economía dejó de crecer?
GU. No, la economía sigue creciendo. Pero lo hace a tasas menores, tal como advertí hace varios meses que ocurriría. A comienzos de noviembre escribí un post en el blog que se llamó “Se acabó la parte fácil de la recuperación económica”, en el cual argumentaba que, habiéndose recuperado durante agosto del año pasado el nivel de actividad económica previo a la recesión, a partir de ese momento se iniciaba la etapa difícil del crecimiento económico, refiriéndome a la etapa en la cual para crecer aceleradamente hace falta invertir fuertemente. Con lo cual era esperable una menor velocidad de crecimiento.
P. ¿De cuánto estamos hablando?
GU. Para poner números simples: si entre mitad de 2009 y mitad de 2010 el crecimiento de la actividad económica equivalía al 7.5% anual, desde mediados de 2010 hasta ahora ese crecimiento se redujo al equivalente al 2.5% anual. De continuar ese ritmo durante el resto del año, el crecimiento de 2011 no llegará al 4%.
P. ¿A pesar de que Brasil y China siguen creciendo fuertemente?
GU. A pesar de eso. Y a pesar de los altos precios de las materias primas.
P. ¿Y cómo se explica esto? Tenía entendido que con una demanda externa fuerte, la economía tiene que crecer mucho.
GU. Esto se explica porque ya no tenemos restricciones de demanda agregada, como teníamos mientras salíamos de la recesión, sino restricciones de oferta agregada, como ocurre cuando la capacidad ociosa es muy baja en la mayoría de los sectores. Con restricción de demanda agregada, más demanda externa (en realidad, más demanda de cualquier tipo) genera más actividad económica, pero con restricción de oferta agregada, más demanda genera inflación, sin aumentar la actividad económica.
P. ¿Qué debería hacer entonces el Gobierno con la política económica?
GU. Por un lado, debería bajar el ritmo de crecimiento de la demanda agregada (desacelerar el crecimiento del gasto público y bajar el ritmo de emisión monetaria) para moderar las presiones inflacionarias y, por el otro, estimular la oferta agregada, con medidas como la reducción de impuestos al trabajo, la eliminación de trabas para importar o exportar, la generación de confianza para que aumenten las inversiones privadas, el aumento de la inversión en energía e infraestructura. Es decir, medidas que fomenten la producción, en lugar de fomentar la demanda.
P. ¿Hay chances de que el Gobierno haga algo de eso hasta las elecciones?
GU. Creo que no. Lo más probable es que sigamos viendo más de lo mismo hasta las elecciones.
P. Volviendo entonces a la actividad económica. Escuché estos días a algunos economistas hablar de que el crecimiento es alto, de casi el 7% en el caso de toda la economía, y del 9% en el caso de la industria. Un economista cordobés dijo que la industria ya no crece al 14% anual, pero todavía crece a una tasa alta del 9%.
GU. Yo también escuché lo mismo, en boca de muchos economistas. Es un error en la interpretación de los datos. Quienes hacen referencia a esos números, están analizando lo que se conoce como variaciones interanuales, es decir, cómo es la producción actual en comparación con un año atrás. Y efectivamente, la producción actual es mucho más alta que hace un año, tanto en el caso de la producción industrial como de la producción total. Pero eso no indica a qué velocidad está creciendo la actividad económica, sino sólo cuánto creció en los últimos 12 meses. Lo que importa son las variaciones mes a mes, y estas han bajado en las magnitudes que mencioné. Para usar una figura muy ilustrativa, mientras la mayoría de los economistas mira el espejo retrovisor (las variaciones interanuales), yo miro el velocímetro (las variaciones mes a mes).
P. Ahora entiendo. La actividad económica es alta, pero está creciendo poco.
GU. Así es. De todos modos, creo que la economía llegará bastante bien a la elección presidencial. Una situación inmejorable para Cristina.
P. ¿Pero no puede perjudicarla la elevada inflación?
GU. Probablemente no, porque la inflación no es actualmente la principal preocupación de la gente, por un motivo muy simple: aunque es alta, no causa mucho daño en los consumidores porque los salarios, en general, le están siguiendo el ritmo a la inflación, y le están ganando a la inflación en amplias franjas de trabajadores, en especial los que están en blanco bajo convenio.
P. De todos modos, esta inflación afecta mucho la competitividad cambiaria, ya que con dólar planchado, estos aumentos de precios implican aumentos en dólares.
GU. Lo que ocurre es que el dólar ha estado haciendo el trabajo sucio de compensarnos la elevada inflación que tenemos. Me explico: devaluamos poco y tenemos más inflación que el resto del mundo, pero muchas monedas se han apreciado con relación al dólar y, por lo tanto, nuestra moneda se ha depreciado contra ellas. Es como si hubiéramos devaluado, pero sin devaluar.
P. Escuché esta semana que la muerte de Bin Laden podría beneficiar a Argentina, por un mayor crecimiento de Estados Unidos, por menor precio del petróleo.
GU. Creo que muchos se apresuraron en pronosticar mejoras en la economía estadounidense por ese episodio inesperado. De hecho, pocas horas después del anuncio, Juan Turello me preguntó por qué no escribía sobre ese tema en mi blog. La verdad es que no se me había ocurrido que pudiera ser interesante, desde el punto de vista económico visto desde Argentina. Y después comprendí por qué: la muerte de Bin Laden genera un efecto difícil de predecir, ya que puede bajar o aumentar el riesgo de nuevos atentados, dependiendo de cuán fuerte haya quedado Al Qaeda. La impresión inicial fue que esto bajaba al riesgo de nuevos atentados (el “mundo más seguro” de Obama), pero luego de pocas horas comenzó a percibirse que el efecto podría ser el opuesto. De hecho, países desarrollados han aumentado sus medidas de seguridad.
P. ¿Entonces no es probable que se aprecie el dólar?
GU. No como tendencia sostenida. Creo que la actual política monetaria estadounidense pesa más que cualquier evento relacionado con la guerra contra el terrorismo. Con tasas de interés tan bajas y tanta inyección de liquidez, es difícil que se fortalezca el dólar.
P. Seguimos teniendo suerte entonces.
GU. Totalmente. Sin la depreciación del dólar en los últimos meses, estaríamos mucho peor en términos de competitividad.
P. De todos modos, parecen haber aumentado las expectativas de devaluación.
GU. Creo que sí. Ha aumentado el interés por el dólar. Ya pasó antes de la elección legislativa de 2009, cuando salían muchos capitales por expectativas de devaluación, que se revirtieron durante los meses posteriores a la elección. Si ocurrió antes de aquella elección, con un dólar más caro en términos relativos, es más probable aún que ocurra este año, cuando el dólar llega con menos poder adquisitivo, y es lógico que los inversores piensen que algo tendrá que hacer el Gobierno luego de las elecciones.
P. Esperemos que la salida de capitales no sea muy grande.
GU. Esperemos, aunque paradójicamente, una salida de capitales disminuye la necesidad de emisión monetaria para comprar dólares y, por lo tanto, reduce las presiones inflacionarias. Pero a eso lo dejemos para otra charla.