Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

lunes, 26 de marzo de 2012

Una reforma en sentido contrario (II)

El lunes 5 de marzo escribí un post titulado “Una reforma en sentido contrario”. Allí argumenté que la reforma anunciada por la Presidente de la Nación en la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional iba en sentido contrario a las reformas de bancos centrales en los últimos años, ya que la tendencia ha sido en estos años a dotar de más independencia a los bancos centrales y a enfocar su accionar a preservar el valor de la moneda. Incluso a través de los esquemas de metas de inflación, que adoptaron países como Chile y Brasil, entre muchos otros.
En aquel momento todavía no se había introducido la posibilidad de aumentar los adelantos transitorios del BCRA al Tesoro Nacional, que se incorporó días después al proyecto y que forma parte de la ley aprobada la semana pasada. De todos modos, esta modificación refuerza mi argumento de aquel post, ya que aumentar las posibilidades de préstamos del BCRA al Tesoro implica de alguna manera reducir su independencia, ya que la política monetaria queda cada vez más a merced de decisiones políticas de corto plazo.
Para completar aquel análisis, puede resultar útil la siguiente figura. Se trata de una matriz, en cuyas columnas se representa el mandato de política monetaria asignado al BCRA, dividido en mandato jerárquico (un mandato principal, por encima de cualquier otro objetivo de política monetaria, tradicionalmente enfocado en la preservación del valor de la moneda o, lo que es lo mismo, asegurar una inflación baja y estable) y mandato dual (preservar el valor de la moneda y lograr pleno empleo), y en cuyas filas se representa el nivel de independencia del banco central, dividido entre baja y alta independencia.



Cuando se habla de mandatos duales, la referencia obligada es la Reserva Federal de Estados Unidos, tal vez el único banco central importante que tiene este tipo de mandato. Pero este mandato dual ha coexistido con una elevada independencia, legal y de facto, en un marco de debate acerca de la conveniencia de migrar hacia un mandato jerárquico e incluso con metas formales de inflación, debate del cual ha sido un actor importante el actual presidente de la Reserva Federal, el economista Ben Bernanke. En la matriz anterior, la Reserva Federal se encuentra en el cuadrante superior derecho.
Pero no es hacia ese cuadrante hacia el cual se han dirigido la mayoría de los países en los últimos años, sino hacia el cuadrante superior izquierdo, de mandato jerárquico combinado con alta independencia del banco central. Hacia allí han ido países como Chile, Brasil, México, Colombia, Perú, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y varios más, que han adoptado esquemas de metas de inflación.
En ese cuadrante de mandado jerárquico y alta independencia se ubicó nuestro banco central entre 1991 y 2001, para trasladarse luego hacia el cuadrante inferior izquierdo desde 2005 en adelante, a medida que el Gobierno Nacional fue utilizando cada vez más intensivamente al BCRA como fuente de financiación para cancelar deuda pública, reduciendo así su nivel de independencia pero manteniendo el mandato jerárquico concentrado en la preservación del valor de la moneda.
La reforma de la Carta Orgánica del BCRA aprobada la semana pasada aumenta los grados de libertad que tiene la entidad para definir el nivel de reservas considerado óptimo, aumenta los préstamos permitidos al Tesoro para el pago de deuda pública en moneda extranjera, aumenta el límite de adelantos transitorios y modifica el mandato de política monetaria, incorporando objetivos como el crecimiento con equidad. De esta forma, la nueva reforma traslada al BCRA hacia el cuadrante inferior derecho, exactamente el opuesto al cuadrante al que están yendo la mayoría de los países.
Para un país con inflación de dos dígitos, y con una historia inflacionaria que llegó a dos hiperinflaciones hace poco más de 20 años, esta reforma no es la más apropiada. Algunos economistas han manifestado que la reforma no es cuestionable, y que el resultado dependerá del modo como el Gobierno maneje la política monetaria. No es un buen argumento, ya que las restricciones que se imponen a los bancos centrales tienen justamente el objetivo de que el resultado no dependa de la discrecionalidad con que se maneje la política monetaria. Tampoco es buen argumento que esta mayor discrecionalidad es necesaria para enfrentar un mundo turbulento, propenso a crisis económicas y financieras, ya que la cuestión no es discrecionalidad sí o discrecionalidad no, sino cuánta discrecionalidad permitir a la política monetaria. Y la fórmula que están aplicando los países que han logrado baja inflación es discrecionalidad acotada.
De todos modos, la reforma ya es un hecho, y por lo tanto lo relevante ahora es analizar qué ocurrirá con la emisión monetaria y la inflación. De esto nos ocuparemos en próximos posts.

1 comentario:

  1. Hola Gastón,

    Muy interesante el análisis. Te comento que he comprado tu libro a mediados de mes, y en breve comenzaré a leerlo.

    Con relación a lo aquí posteado, me gustaría hacerte dos consultas:
    - ¿En qué cuadrante ubicaríamos el BCRA entre 2001 y 2005? Entiendo fue un período particular, pero ¿estaría más cerca del inferior izquierdo que del superior izquierdo?
    - Por otro lado, con relación a la reforma en sí, ¿está claramente definido el uso que se hará de las reservas? Es decir, ¿está definido que las reservas se usarían exclusivamente para pagar deuda en moneda extranjera? Caso contrario, emplear las reservas para cubrir gasto público implicaría ingresar al mercado una cantidad enorme de dólares, que lo empujarían a la baja. ¿Es correcta mi apreciación?

    Saludos...

    Gino

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