Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

sábado, 23 de marzo de 2013

Comienza una nueva etapa en la economía argentina

Durante todo 2012, el Gobierno Nacional pudo continuar con su estrategia de seguir aumentando el gasto público y el déficit fiscal, financiándolo mediante emisión monetaria, sin que eso generara una aceleración de la inflación, que estuvo estancada en el 25% anual durante todo el año, ni un descontrol en el dólar paralelo, que durante varios meses estuvo estable en el rango de $ 6 a $ 6.50. Fue la pesificación forzada de la economía la que permitía que esto ocurriera mientras se emitía dinero a un ritmo del 40% anual, ya que obligó a que mercados que antes funcionaban utilizando dólares comenzaran a hacerlo utilizando pesos, absorbiendo así parte de ese 40% adicional de dinero, de tal manera que parte de ese dinero iba directamente a permitir esas operaciones en lugar de presionar sobre los precios o sobre el dólar.

Pero fue el propio Gobierno Nacional quien puso fin a ese fenómeno que favorecía su estrategia macroeconómica de déficit fiscal financiado con emisión monetaria. Lo hizo cuando, al subestimar la importancia del mercado paralelo, permitió que la cotización del dólar en ese mercado fuera subiendo desde enero a escalones cada vez más altos, hasta llegar a los $ 8.75 de la semana pasada. Permitir esa evolución del dólar paralelo dio la señal de que es conveniente comprar dólares, ya que se trata de una apuesta segura: aun comprando caro, se obtienen ganancias de las subas posteriores. Y eso no hace más que frenar las operaciones en el sector inmobiliario y reducir el financiamiento en pesos, porque frente a un dólar que siempre va hacia arriba, y lo hace a una gran velocidad, no hay alternativa en pesos que resista el análisis. Y de ese modo, los pesos que antes no sobraban, comienzan a sobrar. Eso es combustible para el mercado del dólar paralelo, y por eso la “explosión” de su cotización, y también es combustible para la inflación, que difícilmente pueda seguir a partir de ahora en el mismo nivel de los últimos dos años. De hecho, comenzó a dar señales el indicador que veníamos siguiendo para detectar cuándo se acababa la absorción de pesos: la inflación medida por la Dirección de Estadísticas de San Luis estuvo durante enero y febrero por encima de la inflación en iguales meses de 2011 y 2012.

Comprender estos fenómenos económicos que, por lo atípicos, ni siquiera figuran en los libros de economía, es extremadamente relevante para anticipar lo que viene. Acaba de comenzar una nueva etapa en la economía argentina. A partir de ahora, ya no le será tan fácil al Gobierno Nacional continuar con su estrategia de seguir aumentando déficit fiscal y financiarlo con emisión monetaria. Y con un diagnóstico de que lo ocurrido la semana pasada es consecuencia de unos pocos especuladores, y que esto se contiene con presión sobre casas de cambio y con congelamientos de precios, vendrán más sorpresas con el dólar y la inflación. Y obligará a otro tipo de medidas luego de las elecciones

Las importaciones y la inflación

Durante muchos años desde 2003, era claro que el tipo de cambio alto era la clave del nuevo modelo económico, pero a principios de este año la Presidenta manifestó públicamente que las devaluaciones no sirven, y que el tipo de cambio bajo tiene muchas ventajas. Por la misma época planteó que los acuerdos y congelamientos de precios no sirven para nada, pero a las pocas semanas el congelamiento de precios se transformaba en la principal política anti-inflacionaria. Hasta hace una semana, las restricciones a las importaciones eran defendidas por el Gobierno como un modo de preservar dólares por un lado y proteger a la producción nacional por el otro. Pero resulta que, según lo anunciado por la propia Presidenta, podría utilizarse el recurso de la apertura comercial en bienes de consumo para disciplinar a industriales formadores de precios. Otra más de una larga serie de ideas contradictorias.

Una cuestión importante es que estaríamos yendo hacia una política industrial muy particular, en la cual se restringirían las importaciones de bienes intermedios y bienes de capital pero se liberarían importaciones de bienes de consumo. Con insumos y bienes de capital caros por efecto de la política comercial orientada a preservar dólares y producción barata por efecto de la mayor competencia internacional generada por esta política “anti-inflacionaria”, las industrias productoras de bienes de consumo sufrirían caídas de competitividad, rentabilidad, producción y empleo. Contrasta mucho con lo planteado por el Viceministro de Economía Kicillof hace pocos meses, en ocasión de una exposición suya en el Congreso, cuando argumentó que se venía una nueva etapa de industrialización en Argentina.

Pero con relación a la inflación, hay algo muy importante a tener en cuenta. Es la confusión entre un proceso de subas de precios, como es por definición el fenómeno de la inflación, y una medida de política económica que baja los precios por única vez, como ocurre con la política comercial. Abrir el mercado a las importaciones genera una reducción de los precios de los bienes involucrados, ya que se reducen tanto los precios de los bienes importados como los precios de los bienes de producción nacional que compiten con esas importaciones. Pero una vez que esos precios bajaron, ya no lo hacen más. De tal modo que, cuando los precios de los productos afectados por estas medidas se reducen, el promedio de precios de la economía sube transitoriamente a un ritmo menor al ritmo al que venía subiendo, pero luego la inflación vuelve a su ritmo anterior, dado por los fenómenos que la venían impulsando, como la emisión monetaria, que no habrán cambiado por el hecho de abrir la economía a las importaciones.

Por supuesto que una apertura comercial, como un congelamiento de precios, puede servir en el marco de un plan anti-inflacionario, ya que permitiría ganar tiempo mientras van haciendo efecto las políticas anti-inflacionarias. Pero ni la apertura comercial ni el congelamiento de precios pueden revertir por sí mismos un proceso de alta inflación, y por lo tanto no funcionan por sí mismos. Este tipo de medidas seguramente intentan "estirar" la situación económica actual hasta las elecciones de octubre. El problema es que complicarán la situación luego de octubre, cuando la inflación siga su curso y la industria de bienes de consumo se encuentre en una situación complicada.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El error de dejar subir el dólar paralelo

Durante todo 2012, el Gobierno Nacional se benefició por la mayor demanda de pesos que se generaba como consecuencia de las trabas a la compra de dólares. Con más pesos utilizados para operaciones que antes se hacían en dólares, parte de los pesos emitidos por el BCRA eran demandados para realizar transacciones. Y esos pesos absorbidos por el mercado no generaban presiones inflacionarias adicionales (por eso la inflación continuó en torno al 25% anual, a pesar de la emisión a un ritmo cercano al 40% anual), ni presiones sobre el dólar (aunque daba lugar, obviamente, a que existiera un mercado paralelo para el dólar).

La estrategia cambiaria desde enero ha sido dejar que el dólar paralelo se fije libremente, convalidando de ese modo cada nuevo escalón de suba. Pero esta estrategia estimula la compra de dólares. Si el dólar paralelo nunca baja, comprar dólares se transforma en una apuesta segura: siempre va para arriba, incluso a corto plazo (con algunos periodos de estabilidad, pero nunca yendo para abajo). Esta estrategia es letal para el sector inmobiliario. Con dólar paralelo que siempre sube, sin techo visible, es más difícil convencer a alguien de que deje sus dólares y compre inmuebles, usando pesos para hacer la transacción. También es letal para la financiación en pesos. Nadie quiere prestar pesos cuando puede cubrirse comprando dólares.

Esto tiene dos implicancias muy importantes, una sectorial y otra macroeconómica. La implicancia sectorial es que el sector inmobiliario se paraliza mientras todo el mundo prefiere quedarse en dólares. Por eso las noticias sobre proyectos inmobiliarios que se meten en el freezer. La consecuencia macroeconómica es muy importante: si el mercado inmobiliario absorbiendo pesos amortiguaba el impacto de la emisión monetaria sobre la inflación y el dólar, un mercado inmobiliario frenado (como muchas otras operaciones en pesos) porque todo el mundo se saca de encima pesos para comprar dólares, genera el efecto inverso: en lugar de absorber pesos, los pesos empiezan a sobrar. Combustible seguro para el dólar paralelo.

Con un agravante: sacarse pesos de encima comprando dólares no elimina el exceso de pesos. El único que puede sacar pesos de circulación es el BCRA. Con lo cual la estrategia cambiaria de dejar subir el dólar paralelo genera un círculo vicioso: como el dólar paralelo sólo muestra tendencia hacia arriba, todo el mundo quiere comprar dólares, y por lo tanto sobran pesos que, al no ser retirados de circulación, generan nuevas presiones sobre el dólar. Y que, tarde o temprano, generarán presiones inflacionarias adicionales, independientemente de los intentos por extender el congelamiento de precios.

¿Hasta cuándo durará el exceso de combustible en el marcado del dólar paralelo? Hasta que el Gobierno Nacional haga una de tres cosas: (1) juegue fuerte en el mercado paralelo, para hacer bajar la cotización y mostrar así que se puede perder, a corto plazo, apostando por el dólar, (2) haga una política monetaria súper contractiva, para sacar pesos de circulación y cortar el combustible en el mercado paralelo o (3) termine con esta política cambiaria y decida instrumentar un esquema de tipos de cambios múltiples, donde el paralelo deje de existir, y a los dólares financieros y para turismo los venda el BCRA, pero a un tipo de cambio de $ 8 o $ 8.50. ¿Que no tiene reservas suficientes? A $ 5 por dólar no las tiene, pero a $ 8 o $ 8.50 sí.

Que hayamos llegado a esta situación indica que el Gobierno Nacional no comprendió adecuadamente qué fenómenos de índole monetaria le estaban permitiendo el milagro de emitir al 40%, y mantener estable la inflación y el tipo de cambio. Ahora que se acabó el milagro (más bien, cortó el milagro con una política cambiaria equivocada), veremos si acierta con el diagnóstico sobre lo que está ocurriendo.


miércoles, 13 de marzo de 2013

La tarjeta de Moreno y el IVA de Dilma


Los gobiernos de Argentina y Brasil están preocupados por la inflación aunque, dada la diferencia de magnitudes (25% acá, 6% allá), podríamos decir que están preocupados por problemas distintos.

Tan distintos, que la estrategia de Brasil no es apropiada para Argentina. Bajar el IVA a ciertos productos básicos no reduce una tendencia al aumento de precios, sino que modera la inflación por única vez. Con una inflación baja, y políticas macroeconómicas no inflacionarias, esto puede ayudar a “poner en caja” la inflación; con inflación alta, y políticas económicas inflacionarias, sería sólo un “respiro”.

Argentina necesita, a diferencia de Brasil, un cambio en su política macroeconómica, reduciendo el ritmo de aumento del gasto público y de emisión monetaria, con metas de inflación descendentes en el tiempo, para alinear expectativas y evitar un impacto negativo sobre la actividad económica.

Un congelamiento de precios sin esas políticas macroeconómicas sólo permite ganar tiempo en un año electoral. Y obliga a avanzar sobre la industria de bienes de consumo y otros proveedores, como el sector financiero, que forma parte de la estructura de costos de los comercios. Este es el motivo por el cual Moreno plantea su proyecto de nueva tarjeta de crédito, emitida por el Banco Nación, con comisiones reducidas.

Pero una cosa es que la nueva tarjeta compita con las tarjetas existentes, y otra muy diferente es que tenga garantizada la exclusividad en los comercios que la acepten. Que el Estado intervenga para aumentar la competencia es bienvenido, que lo haga para transformarse en monopolista de la financiación al consumo claramente no lo es.

De todos modos, es complicado, desde el punto de vista operativo, sustituir rápidamente a las tarjetas existentes. Y lo que necesita el Gobierno es impactar rápidamente, porque está en un año electoral. Es probable entonces que sólo se trate de una estrategia de negociación con bancos y tarjetas de crédito, con el sello Moreno. El tipo de negociación que seguramente veremos en los próximos meses, en el intento de congelar precios hasta octubre.

martes, 5 de marzo de 2013

La nueva plataforma de contenidos de Economic Trends


Desde hoy funciona la nueva plataforma web de contenidos de economía para no economistas de Economic Trends.

Se trata de una grilla de contenidos súper simplificada, para facilitar el acceso desde dispositivos móviles. Todas las semanas, contenidos actualizados en Economía en 5 Minutos video, Economía en 5 Minutos audio, Economía en 2 Páginas y Economía en Cifras. Y la posibilidad de participar de reuniones de análisis económico on line, vía Google Hangout.

Ahora con una nueva sección: Teoría Económica para No Economistas, que comienza con artículos sobre la inflación que forman parte del nuevo libro que publicaremos este año con EDICON, del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La nueva plataforma de contenidos, en www.economictrends.com.ar



La novela de los fondos buitres en Nueva York


En términos económicos, el discurso de la Presidenta el viernes pasado en el Congreso Nacional dejó bastante poco para el análisis. Que no haya hecho mención a la inflación no debería sorprender a nadie, ya que difícilmente quiera decir algo cuando es una estrategia explícita negar la existencia de un problema inflacionario, y cuando los números oficiales muestran una inflación del 10% anual. Era esperable que dijera algo respecto de la política cambiaria, pero no lo hizo. Y muchas de las estadísticas que mencionó tienen poco sentido, ya que están influidas por la inflación, como la suba de más del 1,300% en el salario mínimo durante los últimos 10 años.

Sí dijo, en cambio, algo importante con relación a las demandas judiciales en Nueva York por la deuda que todavía está en default. Dijo que a los fondos buitres les pagaremos lo mismo que a quienes ingresaron en los canjes de 2005 y 2010. Esto contrasta fuertemente con su postura de noviembre, cuando dijo públicamente que para los fondos buitres no habría un solo centavo. El cambio de postura tiene que ver con la estrategia que está siguiendo el Gobierno en Nueva York, de proponer un pago con quita similar a la efectuada en aquellos canjes.

Y justamente desde el viernes, Argentina está obligada a presentar una propuesta concreta de pago antes del 29 de marzo. Seguramente consistirá en un canje de bonos en default por nuevos bonos sin quita del valor nominal (es decir, por cada u$s 100 de bonos a rescatar, bonos por u$s 100 a entregar), pero con plazos de pago lo suficientemente largos, y tasas de interés lo suficientemente bajas, como para que el valor presente de esos nuevos bonos tenga una quita similar a la de los canjes anteriores.

Todavía hay posibilidades de que una propuesta de esas características sea aceptada por la Cámara de Apelaciones de Nueva York, aunque el resultado sigue siendo incierto. Se trata de una novela, con entregas casi semanales, que continuará por algún tiempo más.

lunes, 4 de marzo de 2013

Inflación, deuda pública y consumo


Esta mañana, en Bipolares, por FM 96.1 de Córdoba, hablamos sobre por qué la Presidenta no habló sobre la inflación en su discurso del viernes en el Congreso, qué puede ocurrir con la deuda argentina a partir de las demandas en la Corte de Nueva York y qué está ocurriendo con el consumo.

Aquí el audio.