1.- El resultado energético (qué ocurre con la producción de petróleo, gas natural y combustibles y con las reservas de petróleo y gas natural) depende de las políticas energéticas, en particular de las reglas de juego y el esquema de incentivos que éstas definan.
2.- Lo anterior es más importante que la propiedad de las compañías que operan en el mercado de la energía. El autoabastecimiento energético puede obtenerse con empresas con participación estatal y con empresas con participación privada.
3.- Dado que puede ser válido contar con empresas de hidrocarburos con participación estatal (hay muchos ejemplos internacionales al respecto), la expropiación de las acciones de una compañía de hidrocarburos como YPF no es cuestionable en sí misma (aunque es válido preguntarse si a Argentina le conviene tener empresas gestionadas por el Estado, dados los antecedentes negativos que tiene al respecto), pero sí es cuestionable el modo en que se está realizando, más parecido a una confiscación.
4.- Por este motivo, España ya comenzó a tomar represalias que afectan a Argentina. Dejará de comprar biocombustibles argentinos, comenzará a votar en contra de Argentina en organismos multilaterales (como lo viene haciendo Estados Unidos con los créditos del BID) e intentará que la Comunidad Europea imponga sanciones comerciales o al menos retire ventajas comerciales.
5.- La estatización de YPF no solucionará por sí misma los problemas energéticos actuales. Para que éstos se solucionen, es necesario otro esquema de incentivos a la inversión en el sector energético. De todos modos, es posible que aparezcan inversiones en exploración a pesar de la señal negativa que dio el Gobierno respecto de la arbitrariedad para modificar reglas de juego en el sector. Esto será posible en la medida en que la rentabilidad de los proyectos de exploración justifique el mayor riesgo, como ocurre en países que, aun siendo muy riesgosos, tienen inversiones extranjeras en hidrocarburos.
6.- A corto plazo, es probable que aumente la oferta de combustibles en el mercado local. YPF tiene el incentivo a aumentar la producción hasta el máximo de su capacidad instalada, ya que quienes gestionan ahora la compañía tienen en cuenta el costo de importación, y por lo tanto están incentivados a aumentar la producción, aun reduciendo rentabilidad, porque esto les permite reducir el gasto público asignado a subsidiar la compra de energía en el exterior. Y es probable que el Gobierno Nacional presione al resto de las empresas para que también aumenten la producción.
7.- La reducción de importaciones a través de una mayor producción de combustibles puede ser parte de la estrategia del Gobierno Nacional para evitar un crecimiento demasiado grande del gasto público, especialmente durante 2013, cuando ya no será posible aumentar el gasto público al ritmo actual financiando todo el déficit fiscal que se genere con emisión monetaria.
8.- Si esta estrategia de aumento de producción de combustibles tiene a corto plazo algún impacto sobre las importaciones, podría liberar a Moreno de parte de la presión que tiene actualmente para lograr excedentes de dólares comerciales.
9.- El rol de Axel Kicillof desde el día del anuncio de expropiación es un dato importante, ya que puede estar anticipando un sesgo fuertemente intervencionista en la política económica de los próximos meses.
10.- Que el Gobierno Nacional logre eventualmente anuncios de fuertes inversiones en exploración de hidrocarburos y aumentos de producción de petróleo, gas y combustibles en el corto plazo, mientras aquellas inversiones maduran, no significará que las medidas anunciadas la semana pasada no hayan tenido costos. El modo como se está llevando a cabo la expropiación generará costos en términos de una profundización de nuestro aislamiento de la comunidad internacional. Esto dificulta las relaciones comerciales y aleja la posibilidad de volver a los mercados financieros internacionales. Si bien el Gobierno Nacional ha dicho muchas veces que esto no le interesa demasiado, se está acercando el momento en que los recursos propios ya no alcancen para financiar déficit fiscal y al mismo tiempo pagar vencimientos de deuda.