Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

domingo, 31 de julio de 2011

Y la sangre no llegó al río

En el desayuno de Coyuntura Económica de Punto a Punto de hace 10 días, al referirme al riesgo de default de Estados Unidos, argumenté enfáticamente que no creía que la sangre llegara al río. La negociación entre republicanos y demócratas venía muy complicada, con ambos acercándose demasiado al precipicio del default, pero seguramente se destrabaría a último momento. A esto lo reiteré en el post “Diálogos Económicos” de la semana pasada.
Finalmente ocurrió lo que preveía. Sobre la hora, luego de un fin de semana de frenéticas negociaciones, republicanos y demócratas llegaron a un acuerdo para aumentar el límite de endeudamiento. La sangre no llegó al río.
De todos modos, vuelvo sobre un punto que creo importante. La economía de Estados Unidos no logra despegar. De hecho, la semana pasada se publicó el dato del crecimiento durante el segundo trimestre: un anémico 1.3% anual. Y los ajustes fiscales comprometidos en el acuerdo de hoy como contrapartida del aumento en el límite de endeudamiento harán más lenta la recuperación económica.
Pero esto tiene un costado positivo para Argentina. Con la política fiscal en sentido inverso (en lugar de aumentar el déficit para apuntalar la recuperación vía mayor demanda, la tendencia es a reducirlo, quitándole impulso a la demanda), la Reserva Federal se verá obligada a continuar con una política monetaria bien expansiva. Y la principal consecuencia es que el dólar continuará depreciándose contra otras monedas. Esto le sirve a Argentina para “devaluar sin devaluar”: “colgados” a una moneda que se deprecia, nuestra moneda también se deprecia. La debilidad del dólar compensará así parte de la pérdida de competitividad provocada por una inflación mayor a la de nuestros socios comerciales. Y además apuntalará los precios de las materias primas, cuya cotización en dólares sube cuando cae el valor del dólar.
No es un mal escenario para Argentina, aún con problemas en Europa que continuarán por bastante tiempo. Sirve para que la próxima administración nacional arranque con agenda cargada de temas económicos, pero sin la urgencia de tener que desactivar bombas de tiempo a punto de estallar.

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