Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

jueves, 27 de enero de 2011

El difícil arte de los pronósticos económicos

Los economistas tenemos una inmerecida presunción de habilidad predictiva. En cualquier reunión social, ante la presencia de un economista, son inevitables preguntas como ¿qué va a pasar con el dólar? Por supuesto, quienes hacen ese tipo de preguntas generalmente se quedan sin una respuesta satisfactoria. Después de todo, no es frecuente conocer economistas millonarios, como debería ocurrir frecuentemente si efectivamente pudiéramos predecir la evolución del dólar, u otras variables económicas, con el nivel de precisión esperado.
Es cierto que John Maynard Keynes hizo una considerable fortuna invirtiendo exitosamente en la Bolsa, pero antes tuvo que ser rescatado por su padre luego del Crack del 29, que lo tomó por sorpresa. Peor le fue a Irving Fisher, reconocido economista de la década del 20 que pensó días antes del inicio de la Gran Depresión de los 30 que los índices bursátiles habían alcanzado un nuevo piso, a partir del cual continuarían subiendo, y perdió así todo su patrimonio familiar. Para Xavier Sala-i-Martin, el reconocido profesor de la Universidad de Columbia, los economistas puestos a pronosticar son como “un señor que conduce un coche con el parabrisas pintado de negro y que intenta predecir el trazado de la carretera que tiene delante a base de mirar por el retrovisor: mientras la carretera es recta todo va bien, pero a la primera curva el coche se va directo a la cuneta”.
De todos modos, creo que hay ciertas tendencias que permiten anticiparse a algunos fenómenos económicos con cierta precisión, generando pronósticos sujetos a las limitaciones apuntadas por Sala-i-Martin pero aún así útiles para tomar decisiones. Aquí van ejemplos de pronósticos realizados en el transcurso de 2010 en algunos informes que dirijo, y en posts en este blog, contrastados con lo que efectivamente ocurrió:

1.- Actividad económica. 2010 cerró con un crecimiento de 8.2% (OJF).
“La caída y recuperación de 2009 replica casi exactamente la caída y recuperación que se observó en el Efecto Tequila de 1995. Si la actual recuperación continuara imitando aquella recuperación, 2010 podría cerrar con un crecimiento de más del 7%, cifra considerada imposible tan sólo unos meses atrás”.
“Esta recuperación es acelerada y similar a la observada durante la salida de la recesión del Tequila en 1995, cuando la economía creció cerca de un 7.5% durante los primeros nueve meses de recuperación. Se trata de una recuperación muy acelerada, ya que implica que, de continuar este ritmo de recuperación durante el resto del año, el crecimiento puede superar el 8%”.
“En este contexto de fuerte recuperación de la actividad económica, la mayoría de los economistas pronostica para 2010 un crecimiento de entre 3% y 4%. Es altamente probable que estos pronósticos se queden cortos, ya que el nivel actual de actividad económica (con datos hasta febrero) implica que, con sólo mantenerlo durante el resto del año, alcanzaría un crecimiento del 4.4%. En este contexto, suponer un crecimiento menor al 4.4% implica suponer que la actividad económica caerá en los próximos meses, algo poco probable en el actual contexto de mejora de la situación internacional, buenos precios de commodities, elevada cosecha, alto crecimiento en Brasil y posibilidad de recuperación de actividad económica sin inversiones dada la capacidad productiva existente”.
“De esta forma, la economía crecerá este año entre un 4.4% y un 8%. El piso está dado por el nivel actual de actividad económica; el techo por la continuidad del ritmo actual de recuperación”.
Tampoco es probable que esta recuperación se frene por eventuales “cuellos de botella” generados por insuficientes inversiones.
“Dado el nivel de actividad alcanzado en junio, con sólo mantener este nivel durante el segundo semestre, el año cerraría un 7.7% por encima del promedio de 2009. Y, en caso de continuar el acelerado ritmo de crecimiento de la actividad económica, el año cerraría un 9.7% por encima de 2009. Estos son el piso (7.7%) y techo (9.7%) del crecimiento de 2010, muy por encima de las previsiones de la mayoría de los economistas”.
“Ante la preocupación de muchos analistas sobre la posibilidad de que este ritmo de expansión económica se frene durante este semestre por cuellos de botella en la producción, los números indican que todavía hay margen para crecer sin nuevas inversiones”.

2.- Actividad industrial. 2010 cerró con un crecimiento de 10.5% (OJF).
“El piso de la recuperación industrial es del 8.6%, con un techo del 12.6%”.
“Las proyecciones para la industria en general y para algunos rubros en particular permiten concluir que, en el corto plazo, la recuperación industrial no está en riesgo por restricciones de capacidad de producción”.
“Algo similar ocurre con la actividad industrial. Con sólo mantenerse el nivel actual de producción industrial durante todo el semestre, el crecimiento industrial de 2010 sería del 9.4%. Si continuara el ritmo actual de crecimiento industrial, el crecimiento anual podría alcanzar el 11.8%. Estos son el piso (9.4%) y techo (11.8%) del crecimiento industrial 2010”.

3.- Inflación. 2010 cerró con una inflación del 25.1% (Anticipo de Buenos Aires City).
“La inflación continúa en niveles elevados, por encima del 20% anual, pero ha experimentado una fuerte desaceleración desde el pico de febrero, cuando alcanzó un nivel mensual anualizado del 43.6%. En junio llegó al 21%. De continuar la inflación en el nivel de junio durante todo el segundo semestre, el año cerraría con una inflación del 24%”.
En síntesis, no sabemos qué ocurrirá con la inflación. Pero un poco de aritmética inflacionaria indica que para que cierre por debajo del 23% sería necesaria una desaceleración del ritmo inflacionario durante lo que queda del año, y para que cierre por encima del 25% tendría que aumentar en más de un tercio el ritmo inflacionario. Entre 23% y 25% es entonces el rango más probable”.
Post “Un poco de aritmética inflacionaria”, 13 de octubre de 2010.

Aún cuando el repaso de los informes y posts del año pasado muestran una previsión acertada de lo que luego ocurrió con la actividad económica, la actividad industrial y la inflación, no deberíamos confiar demasiado en los pronósticos que hagamos para 2011. Después de todo, como alguna vez dijo John Kenneth Galbraith, “los pronósticos (económicos) son intrínsecamente poco fiables. Si no lo fueran, sus responsables jamás los transmitirían al público. Ello representaría un acto de generosidad inconcebible, ya que si se guardaran para uso exclusivo de las personas o de las organizaciones que los elaboran, los beneficios resultantes darían una acumulación de riqueza casi infinita”.

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