Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

sábado, 9 de octubre de 2010

¿Por qué este blog de economía para no economistas?



Mi experiencia en el Instituto de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Económicas, con mi querido profesor Aldo Arnaudo, me sirvió para convencerme de que la curiosidad intelectual y la rigurosidad analítica son dos valores que siempre tienen que acompañar a un buen economista. Y mi experiencia en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba me hizo descubrir una actividad muy valiosa: la divulgación de temas económicos para audiencias de no economistas.
Fue en este último donde comencé a elaborar un informe mensual de coyuntura económica denominado Contexto Económico. Me generó mucho placer hacerlo, aunque no sé cuántos lectores habrá tenido (en aquel entonces, en lugar de estar colgado en la web de tal modo que quedara registrada la cantidad de descargas, se enviaba por mail, sin registro de cuántas personas realmente lo leían). De todos modos, al releerlo en la actualidad compruebo que lo escribiría de manera muy diferente, pero compruebo también que ya en ese entonces tenía bien presente que es posible transmitir análisis rigurosos en lenguaje simple, de tal modo que cualquier no economista pueda entender el mensaje.
Y luego incorporé un segundo informe, de rápida lectura y de periodicidad semanal, titulado Comentarios de Coyuntura Económica, que releído en la actualidad me generan la misma sensación de que ahora lo redactaría de manera diferente, mucho más directa y sintética, pero con el mismo espíritu de tratar de comunicar aspectos importantes de la economía, con rigurosidad analítica, y sin jerga ni tecnicismos innecesarios.
Fue en Comentarios de Coyuntura Económica del 22 de febrero de 2002, en medio de la incertidumbre sobre cuándo terminaría el desplome de la economía y hasta dónde llegaría el valor del dólar (con el pronóstico de un reconocido economista que tenía, en uno de sus escenarios posibles, un dólar a . . . 10 pesos!), cuando hice el análisis que llevaría al pronóstico más acertado que se haya hecho en ese entonces sobre lo que ocurriría con el dólar, que quedó registrado en la columna de opinión de mi amigo Juan Turello en la edición de La Voz del Interior del domingo 10 de marzo de 2002:
“Gastón Utrera, de la Bolsa de Comercio de Córdoba, le puso números a esos desajustes: calcula que el déficit rondará los 6.000 millones (el doble de lo previsto en el presupuesto 2002), a razón de unos 500 millones mensuales. Si el Banco Central emite esa cifra y otros 1.500 millones mensuales para cerrar el “goteo” en los bancos, el dólar cotizará a fin de año a 3,30 pesos, según esas proyecciones”.
El 31 de diciembre de 2002 el dólar cerró a $ 3,36. Todavía me impresiona releer la cita en aquella columna de Juan, pero seguramente no podré repetir un pronóstico de esas características. Por la impresionante precisión del pronóstico, y por la enorme incertidumbre que existía al momento de formularlo.
Si bien luego encaré otro tipo de proyectos, relacionados con la actividad empresarial y la investigación de mercados, nunca dejé de enseñar, dar conferencias, escribir artículos de opinión y dar entrevistas sobre temas de economía. Durante 2009 dirigí otro proyecto que tenía el espíritu de aquellos Comentarios de Coyuntura Económica, pero en un formato innovador ideado por mi socio Manuel San Pedro: el Monitor Económico que MKT publicó cada dos semanas en Punto a Punto. Fue ahí donde pronosticamos que no iba a haber una devaluación luego de las elecciones legislativas de junio, cuando había fuertes expectativas de que eso ocurriría (y finalmente no ocurrió); que la fuerte salida de capitales producida en los meses previos a la elección seguramente se reduciría durante los meses posteriores, cuando quienes se posicionaban en dólares se convencieran de que no habría devaluación (como efectivamente ocurrió); que la recuperación económica podía no estar lejos, dos meses antes de que las estadísticas de nivel de actividad lo confirmaran.
Y en marzo de este año, cuando la mayoría de los economistas pronosticaba un crecimiento de entre 3% y 4% durante 2010, en el Informe de Actividad Industrial que dirijo para la Unión Industrial de Córdoba (disponible en su página web, dentro del Centro de Estudios Económicos) ya planteábamos que esos pronósticos se quedarían cortos, dado que con sólo mantenerse el nivel de actividad de aquel entonces, el año cerraría un 4.4% por encima del nivel de 2009. Eso implicaba que la economía crecería este año entre el 4.4% y el 8%, cifra que pareció descabellada a muchas personas (el periodista Rubén Salthú reconoció, en una entrevista en agosto de este año, que cuando le mencioné estas cifras al aire en febrero, pensó que estaba loco), pero que hoy todo el mundo reconoce como altamente probable. De hecho, cuando las expectativas de mercado se fueron acomodando a lo que fueron mostrando los números en los meses siguientes, los cupones del PIB “volaron”, con una revalorización del 100% hasta octubre.
En este contexto, de análisis rigurosos comunicados en lenguaje simple que terminaron mostrando su pertinencia y utilidad (omito deliberadamente los pronósticos menos impresionantes, o directamente fallidos, que afortunadamente no vienen al caso), surgieron distintas demandas de cursos y conferencias de economía para no economistas, actividades de cuya utilidad estoy totalmente convencido. La profesión económica tiene un historial no muy satisfactorio en cuanto a la divulgación de temas económicos para públicos no especializados pero muy interesados en estos temas, y creo fervientemente que esto no tiene por qué ser así. Comentarios de Coyuntura Económica, el Monitor Económico y el Informe de Actividad Industrial son ejemplos concretos de que la rigurosidad analítica puede convivir perfectamente con la simpleza expositiva. Pero creo que no alcanzan.
En efecto, diariamente me encuentro con preguntas interesantes que merecen respuestas interesantes. ¿Se frenará la recuperación económica por cuellos de botella en la producción? ¿Cuál debería ser el tipo de cambio para recuperar la competitividad cambiaria de 2006 o 2007? ¿Es probable que la inflación actual frene la recuperación económica por su impacto sobre el poder adquisitivo de los consumidores? ¿Aumentará la inflación luego de la revisión del Programa Monetario del BCRA? ¿Tiene futuro la industria metalúrgica en Córdoba? ¿Se está frenando la actividad de la construcción cordobesa? Entre muchas otras preguntas. Responderlas a medida que van surgiendo requiere de una herramienta más inmediata de difusión. Por eso este blog.
Difícilmente pueda replicar un pronóstico como el de los $ 3,30 para el dólar a fines de 2002 de Comentarios de Coyuntura Económica. El propio John Keynes, luego de su impresionante pronóstico sobre las consecuencias de las reparaciones impuestas a Alemania luego de la Primera Guerra Mundial erró totalmente en su pronóstico sobre lo que ocurriría luego de la caída bursátil que dio origen a la Gran Depresión de los 30. Con suerte podré responder algunas preguntas interesantes y anticipar algunos fenómenos, como los anticipados en el Monitor Económico y el Informe de Actividad Industrial. Pero con seguridad lo que escriba será bajo la lógica de que la economía tiene cosas interesantes para decir, aplicando la curiosidad intelectual y rigurosidad analítica que siempre tiene que acompañar a un buen economista, y comunicándolas en lenguaje simple, sin jerga ni tecnicismos innecesarios, como creo tiene que hacer un verdadero economista.
Bienvenido a este blog de economía para no economistas.

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