Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El efecto económico de la muerte de Kirchner

Siempre es difícil el intento de anticipar lo que puede ocurrir con la economía. Lo es mucho más cuando un suceso inesperado como la muerte de Néstor Kirchner cambia totalmente el escenario político, desapareciendo además el hombre fuerte detrás de las decisiones económicas del gobierno.
De todos modos, vale la pena analizar cuál puede ser el impacto sobre la economía, aún a riesgo de que las conclusiones no sean más que conjeturas provisorias que puedan dar lugar a otras hipótesis con el correr de sólo unos pocos días (y tal vez horas). Se atribuye a Winston Churchill la humorada según la cual, cuando les preguntaba algo a 5 economistas, obtenía 5 respuestas diferentes pero, si entre los 5 economistas se encontraba Keynes, obtenía 6 respuestas diferentes, ya que Keynes cambiaba de opinión en el transcurso de la charla. Es probable que mis opiniones también cambien rápidamente a medida que decante la polvareda que generó la muerte de Kirchner, pero si tuviera que arriesgar ahora qué creo que puede ocurrir, diría lo siguiente:
1.- Es muy probable que siga el crecimiento de la actividad económica, dado que la muerte de Kirchner ocurre en un buen momento económico. No es que no haya problemas. Los hay e importantes, como la inflación (acercándose al 25% anual), la pérdida de competitividad cambiaria, los desequilibrios de precios relativos en muchos sectores (como energía y servicios públicos), la debilidad del proceso inversor. Pero la inflación todavía no está desbocada (contra lo que dijo esta semana el gurú Nouriel Roubini), la actividad económica viene con buen impulso, todavía queda capacidad ociosa disponible, los precios de la soja y otras materias primas recuperaron los altos niveles de un par de años atrás y Brasil y China crecen fuertemente, demandando productos argentinos. Difícil pensar que todo esto no sea suficiente para resistir los efectos del desordenado tablero político que deja la muerte de Kirchner.
2.- Se redujo el riesgo de que se descontrole la inflación. Muchas personas, con cierta lógica, temían que el intento de Kirchner de ganar en primera vuelta el año próximo llevaría a una política económica excesivamente expansionista, con demasiado crecimiento del gasto público y de la emisión monetaria, lo que terminaría acelerando la inflación. Sin Kirchner no se elimina el incentivo a acelerar la actividad económica antes de la elección (esto es bastante natural antes de cualquier elección presidencial), pero probablemente Cristina no juegue tan a fondo, en especial si mejora su imagen luego de este hecho o si termina configurándose una reunificación del peronismo detrás de la candidatura de una figura más potable fuera del kirchnerismo como Scioli, en cuyos casos no sería tan necesario recurrir a una aceleración tan a fondo.
3.- Se redujo el riesgo de importantes sorpresas económicas típicas del estilo Kirchner, que dejen al próximo gobierno una pesada herencia económica. La iniciativa política de Kirchner, con medidas que toman a todos por sorpresa, como ocurrió con la estatización de las AFJP o la utilización de reservas del BCRA por decreto, difícilmente continúe sin Kirchner, al menos con el nivel de audacia a que nos tenía acostumbrados. Al igual que las expectativas de aceleración a fondo que recién mencionaba, creo que deberían reducirse las expectativas de sorpresivas medidas de política económica audaces pero potencialmente negativas para la economía.
Si estas tres hipótesis son correctas, el panorama económico debería mejorar, dentro de las incertidumbres lógicas frente a un proceso electoral en el cual todavía no se terminan de configurar los principales escenarios posibles. Tal vez por esto, en las primeras horas luego de la noticia, subieron las acciones y títulos públicos argentinos que cotizan en el exterior (mañana veremos qué ocurre cuando abran los mercados locales, cerrados hoy por el feriado), y no necesariamente porque los inversores bursátiles piensen que un opositor ganará la próxima elección, como interpreta hoy Jorge Fontevecchia en la edición digital de Perfil.
De todos modos, existen algunos riesgos, como el descontrol del avance sindical sobre la política y la economía, ahora que Kirchner no está para poner límites. Habrá que ver cómo juegan Moyano y Cristina en los próximos días.
Y también veremos, en los próximos días, de cuánto de lo anterior tendré que desdecirme a medida que decante la polvareda generada por tan sorpresiva noticia.

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