Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Los números de la industrialización argentina


En la edición de hoy de El Cronista, la Ministra de Industria de la Nación, Débora Giorgi, habla de la fuerte industrialización producida en Argentina desde 2003, refiriéndose al crecimiento que tuvo la producción industrial en estos años. Esta noche, en el acto oficial por el Día de la Industria en Tecnópolis, la Presidenta seguramente realizará menciones similares, repitiendo el error de confundir crecimiento de la industria con industrialización.

Según la Real Academia Española, la industrialización es “la acción y el efecto de industrializar”, e industrializar significa “dar predominio a las industrias en la economía de un país”. Para hacer operativa esta definición deberíamos medir el “predominio” de la industria en la economía, lo que implica calcular el peso que la industria tiene y ha tenido en la producción total de la economía. Cuando hacemos esto, queda en evidencia que resulta difícil hablar de industrialización desde 2003 en adelante.

En efecto, utilizando los datos oficiales de la Dirección de Cuentas Nacionales, los mismos que utiliza la Sra. Giorgi y que seguramente utilizará la Sra. Presidenta, se obtiene una participación industrial del 16.4% en 2003 y del 16.3% en 2011. Exactamente la misma participación o, en términos de la definición de la Real Academia Española, el mismo “predominio” de la industria en la economía.

El siguiente gráfico muestra la evolución de este indicador, desde 1993 hasta 2011. No sólo la importancia de la industria en la economía es hoy la misma que en 2003, sino que además es inferior al nivel que tenía durante todo el periodo 1993-1998, en plena Convertibilidad, cuando se ubicó siempre por encima del 17%, y hasta por encima del 18% en 1993 y 1994.


Suele hablarse habitualmente, y lo menciona la Sra. Giorgi, del aumento de las exportaciones de manufacturas industriales, incluso como proporción del total de exportaciones. Lo que no menciona es que la proporción de exportaciones de bienes primarios también aumentó, y ambos aumentos se deben a que bajó la participación de las exportaciones de combustibles y energía, por motivos conocidos por todos en el marco de la discusión sobre el autoabastecimiento de combustibles. Lo que podríamos medir es cómo han sido aquellas exportaciones de manufacturas industriales con relación a la producción industrial. Esto se refleja en el siguiente gráfico.


Luego de la devaluación de 2002, claramente ha aumentado el volumen de las exportaciones industriales (tanto MOA: Manufacturas de Origen Agropecuario como MOI: Manufacturas de Origen Industrial) como porcentaje de la producción industrial, pero desde entonces no ha habido una tendencia creciente, con lo cual podríamos pensar que sólo la devaluación explica esta evolución. De todos modos, hay que tener en cuenta que en los últimos años se ha ido perdiendo el efecto de aquella devaluación sobre la competitividad cambiaria (justamente, es uno de los grandes problemas actuales de la industria), y sin embargo se han mantenido las exportaciones industriales con relación a la producción industrial. Es un punto a favor del argumento de industrialización, pero creo que insuficiente dada la evolución total de la industria.

Para cerrar este post, y esperar el discurso presidencial de esta noche, diría que los números desde 2003 muestran un fuerte crecimiento industrial, pero no un proceso de industrialización, a menos que inventemos una nueva acepción a esta palabra. Lo importante es que deberíamos estar debatiendo cuál es la mejor estrategia para industrializar el país, dado el fracaso que han mostrado los dos extremos, que se han sucedido en Argentina durante los últimos 80 años: las políticas proteccionistas de industrialización por sustitución de importaciones y la “no-política industrial” propia de los enfoques inclinados al libre funcionamiento de los mercados. Lamentablemente, creo que este debate continúa produciéndose en Argentina en torno a las mismas ideas que ya fracasaron en el desafío de industrializar el país.


Para profundizar en el análisis de las políticas apropiadas para industrializar el país, leé el post que escribí hace un año "Política económica para un país industrial", haciendo click aquí.

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