En la edición de hoy
de El Cronista, la Ministra de Industria de la Nación, Débora Giorgi, habla de la fuerte industrialización producida en Argentina
desde 2003, refiriéndose al
crecimiento que tuvo la producción industrial en estos años. Esta noche, en
el acto oficial por el Día de la Industria en Tecnópolis, la Presidenta
seguramente realizará menciones similares, repitiendo
el error de confundir crecimiento de la industria con industrialización.
Según la Real Academia
Española, la industrialización es “la acción y el efecto de industrializar”, e industrializar significa “dar predominio a
las industrias en la economía de un país”. Para hacer operativa esta
definición deberíamos medir el “predominio” de la industria en la economía, lo
que implica calcular el peso que la
industria tiene y ha tenido en la producción total de la economía. Cuando
hacemos esto, queda en evidencia que resulta
difícil hablar de industrialización desde 2003 en adelante.
En efecto, utilizando
los datos oficiales de la Dirección de Cuentas Nacionales, los mismos que
utiliza la Sra. Giorgi y que seguramente utilizará la Sra. Presidenta, se
obtiene una participación industrial del
16.4% en 2003 y del 16.3% en 2011. Exactamente la misma participación o, en
términos de la definición de la Real Academia Española, el mismo “predominio” de la industria en la economía.
El siguiente gráfico
muestra la evolución de este indicador, desde 1993 hasta 2011. No sólo la importancia de la industria en la
economía es hoy la misma que en 2003, sino que además es inferior al nivel que tenía durante todo el periodo 1993-1998,
en plena Convertibilidad, cuando se ubicó siempre por encima del 17%, y hasta
por encima del 18% en 1993 y 1994.
Suele hablarse
habitualmente, y lo menciona la Sra. Giorgi, del aumento de las exportaciones de manufacturas industriales, incluso
como proporción del total de exportaciones. Lo que no menciona es que la
proporción de exportaciones de bienes primarios también aumentó, y ambos
aumentos se deben a que bajó la participación de las exportaciones de
combustibles y energía, por motivos conocidos por todos en el marco de la
discusión sobre el autoabastecimiento de combustibles. Lo que podríamos medir
es cómo han sido aquellas exportaciones
de manufacturas industriales con relación a la producción industrial. Esto
se refleja en el siguiente gráfico.
Luego de la
devaluación de 2002, claramente ha
aumentado el volumen de las exportaciones industriales (tanto MOA:
Manufacturas de Origen Agropecuario como MOI: Manufacturas de Origen Industrial)
como porcentaje de la producción industrial, pero desde entonces no ha habido una tendencia creciente, con lo cual
podríamos pensar que sólo la devaluación explica esta evolución. De todos
modos, hay que tener en cuenta que en los últimos años se ha ido perdiendo el
efecto de aquella devaluación sobre la competitividad cambiaria (justamente, es
uno de los grandes problemas actuales de la industria), y sin embargo se han
mantenido las exportaciones industriales con relación a la producción
industrial. Es un punto a favor del argumento de industrialización, pero creo
que insuficiente dada la evolución total de la industria.
Para cerrar este post,
y esperar el discurso presidencial de esta noche, diría que los números desde 2003 muestran un fuerte
crecimiento industrial, pero no un proceso de industrialización, a menos
que inventemos una nueva acepción a esta palabra. Lo importante es que deberíamos estar debatiendo cuál es la
mejor estrategia para industrializar el país, dado el fracaso que han mostrado
los dos extremos, que se han sucedido en Argentina durante los últimos 80 años:
las políticas proteccionistas de industrialización por sustitución de
importaciones y la “no-política industrial” propia de los enfoques inclinados al
libre funcionamiento de los mercados. Lamentablemente, creo que este debate continúa produciéndose en
Argentina en torno a las mismas ideas que ya fracasaron en el desafío de
industrializar el país.
Para profundizar en el análisis de las políticas apropiadas para industrializar el país, leé el post que escribí hace un año "Política económica para un país industrial", haciendo click aquí.
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