Existe una percepción
generalizada entre desarrollistas e inmobiliarios acerca de que las ventas de
inmuebles han caído más en la ciudad de Buenos Aires que en ciudades del
interior como Córdoba. Los datos muestran, en cambio, que la caída en Córdoba
ha sido similar a la registrada en Buenos Aires.
El siguiente gráfico
lo refleja claramente. Las ventas de departamentos en la ciudad de Córdoba
(línea negra) y las ventas de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires (línea
roja) se han movido de manera casi idéntica, en ambos casos con niveles,
durante el periodo abril a julio de este año, entre un 21% y un 22% por debajo
de los niveles registrados un año atrás.
La diferente
percepción probablemente se deba a que en Córdoba son importantes operaciones
inmobiliarias irrelevantes en Buenos Aires, que han tenido un desempeño
diferente a las tradicionales ventas de departamentos al contado o con
financiaciones cortas. Ellas son las ventas de lotes, que subieron fuertemente
entre septiembre del año pasado y marzo de este año (aunque luego cayeron entre
abril y julio, en coincidencia con la profundización de la pesificación forzada
de la economía) y las ventas de viviendas financiadas, que aumentaron
fuertemente durante el último año, aunque con marcados altibajos que dependen
del momento en que se lanzan nuevos proyectos financiados o en que esos
proyectos maduran y dejan de producir nuevas ventas (aunque mantengan luego el
flujo de cuotas).
En una economía que
(a) continuará siendo volátil y riesgosa, (b) continuará sin resolver el
problema del acceso a la vivienda de la clase media, (c) redujo las
posibilidades de preservación de valor a través de la compra de dólares, las
perspectivas del sector inmobiliario son buenas, aunque probablemente falten
algunos meses para revertir la caída de ventas de este año, mientras
desarrollistas, inversores y compradores finales terminan de “digerir” los
bruscos y rápidos cambios de reglas de juego vinculadas a la compra de dólares.
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