Hoy, al igual que en 2001, tenemos un fuerte atraso
cambiario.
Pero, a diferencia de 2001, hoy no tenemos las grandes
debilidades de entonces: deuda pública y depósitos y préstamos bancarios
prácticamente en su totalidad denominados en dólares.
Aquellos descalces de monedas hacían muy vulnerable a la
deuda pública y al sistema financiero ante una devaluación.
Hoy nada de eso ocurre.
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