Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

sábado, 23 de marzo de 2013

Las importaciones y la inflación

Durante muchos años desde 2003, era claro que el tipo de cambio alto era la clave del nuevo modelo económico, pero a principios de este año la Presidenta manifestó públicamente que las devaluaciones no sirven, y que el tipo de cambio bajo tiene muchas ventajas. Por la misma época planteó que los acuerdos y congelamientos de precios no sirven para nada, pero a las pocas semanas el congelamiento de precios se transformaba en la principal política anti-inflacionaria. Hasta hace una semana, las restricciones a las importaciones eran defendidas por el Gobierno como un modo de preservar dólares por un lado y proteger a la producción nacional por el otro. Pero resulta que, según lo anunciado por la propia Presidenta, podría utilizarse el recurso de la apertura comercial en bienes de consumo para disciplinar a industriales formadores de precios. Otra más de una larga serie de ideas contradictorias.

Una cuestión importante es que estaríamos yendo hacia una política industrial muy particular, en la cual se restringirían las importaciones de bienes intermedios y bienes de capital pero se liberarían importaciones de bienes de consumo. Con insumos y bienes de capital caros por efecto de la política comercial orientada a preservar dólares y producción barata por efecto de la mayor competencia internacional generada por esta política “anti-inflacionaria”, las industrias productoras de bienes de consumo sufrirían caídas de competitividad, rentabilidad, producción y empleo. Contrasta mucho con lo planteado por el Viceministro de Economía Kicillof hace pocos meses, en ocasión de una exposición suya en el Congreso, cuando argumentó que se venía una nueva etapa de industrialización en Argentina.

Pero con relación a la inflación, hay algo muy importante a tener en cuenta. Es la confusión entre un proceso de subas de precios, como es por definición el fenómeno de la inflación, y una medida de política económica que baja los precios por única vez, como ocurre con la política comercial. Abrir el mercado a las importaciones genera una reducción de los precios de los bienes involucrados, ya que se reducen tanto los precios de los bienes importados como los precios de los bienes de producción nacional que compiten con esas importaciones. Pero una vez que esos precios bajaron, ya no lo hacen más. De tal modo que, cuando los precios de los productos afectados por estas medidas se reducen, el promedio de precios de la economía sube transitoriamente a un ritmo menor al ritmo al que venía subiendo, pero luego la inflación vuelve a su ritmo anterior, dado por los fenómenos que la venían impulsando, como la emisión monetaria, que no habrán cambiado por el hecho de abrir la economía a las importaciones.

Por supuesto que una apertura comercial, como un congelamiento de precios, puede servir en el marco de un plan anti-inflacionario, ya que permitiría ganar tiempo mientras van haciendo efecto las políticas anti-inflacionarias. Pero ni la apertura comercial ni el congelamiento de precios pueden revertir por sí mismos un proceso de alta inflación, y por lo tanto no funcionan por sí mismos. Este tipo de medidas seguramente intentan "estirar" la situación económica actual hasta las elecciones de octubre. El problema es que complicarán la situación luego de octubre, cuando la inflación siga su curso y la industria de bienes de consumo se encuentre en una situación complicada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario