Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El error de dejar subir el dólar paralelo

Durante todo 2012, el Gobierno Nacional se benefició por la mayor demanda de pesos que se generaba como consecuencia de las trabas a la compra de dólares. Con más pesos utilizados para operaciones que antes se hacían en dólares, parte de los pesos emitidos por el BCRA eran demandados para realizar transacciones. Y esos pesos absorbidos por el mercado no generaban presiones inflacionarias adicionales (por eso la inflación continuó en torno al 25% anual, a pesar de la emisión a un ritmo cercano al 40% anual), ni presiones sobre el dólar (aunque daba lugar, obviamente, a que existiera un mercado paralelo para el dólar).

La estrategia cambiaria desde enero ha sido dejar que el dólar paralelo se fije libremente, convalidando de ese modo cada nuevo escalón de suba. Pero esta estrategia estimula la compra de dólares. Si el dólar paralelo nunca baja, comprar dólares se transforma en una apuesta segura: siempre va para arriba, incluso a corto plazo (con algunos periodos de estabilidad, pero nunca yendo para abajo). Esta estrategia es letal para el sector inmobiliario. Con dólar paralelo que siempre sube, sin techo visible, es más difícil convencer a alguien de que deje sus dólares y compre inmuebles, usando pesos para hacer la transacción. También es letal para la financiación en pesos. Nadie quiere prestar pesos cuando puede cubrirse comprando dólares.

Esto tiene dos implicancias muy importantes, una sectorial y otra macroeconómica. La implicancia sectorial es que el sector inmobiliario se paraliza mientras todo el mundo prefiere quedarse en dólares. Por eso las noticias sobre proyectos inmobiliarios que se meten en el freezer. La consecuencia macroeconómica es muy importante: si el mercado inmobiliario absorbiendo pesos amortiguaba el impacto de la emisión monetaria sobre la inflación y el dólar, un mercado inmobiliario frenado (como muchas otras operaciones en pesos) porque todo el mundo se saca de encima pesos para comprar dólares, genera el efecto inverso: en lugar de absorber pesos, los pesos empiezan a sobrar. Combustible seguro para el dólar paralelo.

Con un agravante: sacarse pesos de encima comprando dólares no elimina el exceso de pesos. El único que puede sacar pesos de circulación es el BCRA. Con lo cual la estrategia cambiaria de dejar subir el dólar paralelo genera un círculo vicioso: como el dólar paralelo sólo muestra tendencia hacia arriba, todo el mundo quiere comprar dólares, y por lo tanto sobran pesos que, al no ser retirados de circulación, generan nuevas presiones sobre el dólar. Y que, tarde o temprano, generarán presiones inflacionarias adicionales, independientemente de los intentos por extender el congelamiento de precios.

¿Hasta cuándo durará el exceso de combustible en el marcado del dólar paralelo? Hasta que el Gobierno Nacional haga una de tres cosas: (1) juegue fuerte en el mercado paralelo, para hacer bajar la cotización y mostrar así que se puede perder, a corto plazo, apostando por el dólar, (2) haga una política monetaria súper contractiva, para sacar pesos de circulación y cortar el combustible en el mercado paralelo o (3) termine con esta política cambiaria y decida instrumentar un esquema de tipos de cambios múltiples, donde el paralelo deje de existir, y a los dólares financieros y para turismo los venda el BCRA, pero a un tipo de cambio de $ 8 o $ 8.50. ¿Que no tiene reservas suficientes? A $ 5 por dólar no las tiene, pero a $ 8 o $ 8.50 sí.

Que hayamos llegado a esta situación indica que el Gobierno Nacional no comprendió adecuadamente qué fenómenos de índole monetaria le estaban permitiendo el milagro de emitir al 40%, y mantener estable la inflación y el tipo de cambio. Ahora que se acabó el milagro (más bien, cortó el milagro con una política cambiaria equivocada), veremos si acierta con el diagnóstico sobre lo que está ocurriendo.


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