Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Diálogos Económicos

Periodista. Gastón, escribiste sobre varios temas esta semana.
Gastón Utrera. Así es. Han sido varios los temas económicos interesantes esta semana.
P. Por ejemplo, las ocupaciones de espacios públicos y privados en distintos lugares del país, arrancando por el parque Indoamericano de la Ciudad de Buenos Aires.
GU. Efectivamente. Un problema con aspectos económicos y sociales muy importantes. En lo social, esto debería hacernos reflexionar acerca de cómo, con un contexto internacional excepcional que ya lleva 8 años, no logramos mejorar radicalmente nuestros problemas sociales, como lo son la pobreza y la falta de vivienda. Hoy lo plantea muy bien Enrique Szewach en Ámbito Financiero: los argentinos tendemos a analizar la pobreza como si fuera consecuencia de una catástrofe natural, en lugar de ser lo que es, una consecuencia de las políticas que ejecutamos.
P. ¿Y en lo económico?
GU. Justamente de uno de los aspectos económicos de este fenómeno me ocupé en un post esta semana. Se trata del fenómeno de la inconsistencia temporal de las políticas públicas. Hay inconsistencia temporal cuando el paso del tiempo hace que pierda sentido cumplir con las promesas realizadas. Un ejemplo que todo el mundo comprende fácilmente es el de las moratorias impositivas. Dado que la existencia frecuente de moratorias impositivas genera fuertes incentivos a no pagar los impuestos a la espera de que al menos parte de los mismos sea condonada por la próxima moratoria, todos los gobiernos están interesados en anunciar la última moratoria impositiva, prometiendo que a futuro no habrá más moratorias y, por lo tanto, no habrá más remedio que pagar los impuestos. Pero una vez que la moratoria pasó, y se acumulan deudas impositivas, el gobierno nuevamente tendrá interés en anunciar una moratoria (siempre la última) para aumentar la recaudación. Percibiendo esta inconsistencia temporal, los contribuyentes se ven incentivados a no pagar, lo contrario de lo que pretende incentivar el gobierno.
P. ¿Y qué relación tiene esto con las ocupaciones de las que hablábamos?
GU. Que el fenómeno de la inconsistencia temporal también está presente en los episodios de ocupación de los últimos días. Ningún gobierno quiere desalojar por la fuerza predios ocupados, porque el descontrol de la situación puede tener efectos impredecibles, con un costo político potencialmente elevado. Con lo cual existe el incentivo a realizar ocupaciones. Por lo tanto el gobierno negocia ahora para desactivar el conflicto actual, pero pone la semilla para nuevos conflictos a futuro. Para evitarlo, anuncia que la próxima vez impedirá ocupaciones por la fuerza pero, dado que cuando eventualmente ocurran esas ocupaciones, el gobierno nuevamente tendrá el incentivo a negociar, el anuncio de desalojos futuros no es creíble. En jerga económica, el anuncio tiene inconsistencia temporal. Por eso los gobiernos nacional y de la ciudad de Buenos Aires anunciaron esta semana que a futuro no habrá ayuda fiscal para vivienda ni planes sociales para quienes realicen ocupaciones.
P. ¿Funcionará esta medida?
GU. No lo sé. Por lo pronto, hay dos predios que siguen ocupados, en Villa Lugano y Retiro. Espero que funcione, porque de lo contrario es alto el riesgo de que el problema se reactive en distintos puntos del país.
P. Escribiste también sobre el riesgo de hiperinflación.
GU. Si, para argumentar que actualmente ese riesgo es bajo. Me llamó la atención cómo en las últimas semanas muchas personas me preguntaron lo mismo, acerca de si era posible que la actual inflación desembocara en una hiperinflación. En línea con lo que el gurú Nouriel Roubini dijo en Buenos Aires hace algunas semanas, cuando afirmó que la inflación argentina está descontrolada. Creo que se trató de una expresión desafortunada de alguien que no sabe mucho sobre la economía argentina.
P. ¿Por qué considerás que el riesgo de una hiper es bajo actualmente?
GU. Porque para llegar a una hiper hay que recorrer un camino bastante largo. Las hiperinflaciones se producen cuando se potencian dos efectos explosivos: la desmonetización de la economía y la licuación del poder adquisitivo de los ingresos públicos.  A medida que la economía se desmonetiza (los agentes económicos “huyen” de la moneda doméstica por las pérdidas que les genera la inflación al licuar los pesos que tengan en su poder), cada peso de emisión monetaria tiene un impacto inflacionario mayor. Y a medida que crece la inflación, más rápido se licúa el poder adquisitivo de la recaudación impositiva entre el momento en que se devengan los impuestos y el momento en que los cobra el Estado. Esto aumenta el déficit fiscal y, por lo tanto, las necesidades de emisión monetaria para financiarlo.
P. Pero parece razonable que con una inflación que el año próximo puede llegar al 30% anual se desencadenen esos efectos.
GU. Puede parecer razonable, pero no es correcto. De hecho, de 10 episodios en la historia argentina en los cuales cruzamos el umbral del 30% anual de inflación, en 1 sólo de ellos la inflación se descontroló y terminó en hiperinflación. En los otros 9 episodios la inflación volvió a estar por debajo del 30% anual en pocos meses o, a lo sumo, en pocos años.
P. También escribiste algo sobre la actividad económica.
GU. Si. La publicación esta semana de los datos de actividad económica y actividad industrial de Orlando Ferreres me llevó a revisar lo que había escrito durante las semanas anteriores sobre la pérdida de ritmo del crecimiento observada entre mayo y octubre. Hecha esta constatación de que la actividad económica, incluyendo la actividad industrial, estaba perdiendo ritmo, había argumentado que la mejora del contexto internacional había llegado justo en el momento preciso para dar nuevo impulso a la actividad económica. Los datos de Ferreres, especialmente los de actividad industrial, que muestran un fuerte repunte en noviembre, son consistentes con aquella observación.
P. Me enteré de que el viernes pasado diste una conferencia.
GU. Efectivamente. Expuse en un desayuno organizado por el Centro de Formación Profesional en Contact Center, invitado por Marcelo Bechara.
P. Supongo que te habrás enfocado en algunas de las cuestiones que estuvimos hablando.
GU. Me enfoqué básicamente en las perspectivas de inflación y actividad económica para 2011. Los temas que más he analizado en el blog en las últimas semanas.
P. Seguro que te preguntaron qué perspectivas tiene el sector de los contact center, en un contexto de fuerte caída de la competitividad cambiaria.
GU. Como era de esperar, me hicieron esa pregunta. Fue Marcela Pistarini, de Infonegocios, quien la formuló. Respondí que las perspectivas hasta las elecciones son de pérdida de competitividad cambiaria, por dólar planchado con alta inflación en Argentina y baja inflación en el resto de Latinoamérica. No es un buen escenario para los contact center. Dije también que creo que el sector tiene que enfocarse en pasar de lo que se denomina Business Process Outsourcing a lo que se denomina Knowledge Process Outsourcing. Pasar de exportación de servicios básicos a exportación de servicios profesionales, para los cuales Córdoba debería tener una buena ventaja comparativa por la abundancia de profesionales y estudiantes de distintas disciplinas. Se trata de una propuesta que está elaborando el Consejo para la Planificación Estratégica de Córdoba.
P. Te vi también en la presentación del Índice Barrial de Precios.
GU. Estuve en esa presentación. Es un grupo de estudiantes de la UNC que armó un proyecto para calcular el valor de la canasta básica alimentaria en barrios humildes de la ciudad de Córdoba, utilizando metodología comparable con la de INDEC.
P. ¿Comparable con la metodología de INDEC? ¿No está fuertemente cuestionada?
GU. En realidad el problema de los índices de precios de INDEC no es de índole metodológico. El problema es de distorsión de los datos. La metodología de los índices de precios está, y estará siempre, bajo análisis y discusión, porque se trata de un tema complejo. Pero las discusiones metodológicas tienen que ver con ajustes muy finos, de pocos puntos porcentuales. Cuando tenés una inflación del 30% anual y el índice oficial marca menos de 10%, el problema no es metodológico. Es un problema “artístico”: puro dibujo numérico.
P. ¿Y entonces para qué vino el FMI?
GU. Supongo que el gobierno lo convocó para ganar tiempo y evitar una sanción por parte del Directorio del Fondo. Pero de ninguna manera lo llamó para solucionar el problema de la falta de credibilidad de los índices de precios. El FMI sólo puede aportar lo que ya tenemos: metodología y expertise técnico para armar los índices. Y no puede aportar justamente lo que nos falta: veracidad en los datos de precios que relevamos. Como dijo hoy el economista Juan Pablo Nicolini en Ámbito Financiero: pedir ayuda al FMI para elaborar índices de precios es como pedirle a un brasileño que nos enseñe a hacer asado.
P. Está buena la frase.
GU. Un poco exagerada, pero me pareció ocurrente para graficar mi argumento.
P. Entonces nos olvidamos por un tiempo de índices oficiales de precios creíbles.
GU. Definitivamente.

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