En estos días algunos
economistas vienen manifestando que la economía argentina se está
desacelerando, fundamentando su diagnóstico en que las variaciones interanuales
de la actividad económica son menores ahora que hace un año. Manifiestan cosas
como “la actividad económica creció tanto por ciento en comparación con un año
atrás, cuando hace un año crecía en un porcentaje mayor”. En el fondo, estos
economistas están diciendo que tienen una buena y una mala noticia: la buena es
que la economía sigue creciendo, la mala es que lo hace a un ritmo cada vez
menor. Pero el diagnóstico es equivocado. No hay buena noticia, y sí una mala
noticia: la economía está estancada
desde septiembre del año pasado, e incluso muestra algunas señales de que ya
puede estar cayendo.
Para ver claramente lo que estoy planteando, basta ver el siguiente gráfico, que muestra la evolución de la actividad económica a partir del Índice General de Actividad de Ferreres:
Es claro que la línea
roja que representa la evolución de la actividad económica muestra crecimiento
hasta la línea negra vertical, que marca el mes de septiembre de 2011. Y es muy
claro que esa línea, con altibajos, ha estado estancada desde entonces, y hasta
ha caído algo (los datos oficiales de INDEC muestran el mismo
fenómeno). El error de diagnóstico proviene de lo que he mencionado tantas
veces en este blog: la incomprensible
manía de muchos economistas de utilizar comparaciones interanuales, esto
es, comparar la actividad económica de cada mes con el nivel que tenía en igual
mes del año anterior. Esto nunca mostrará lo que está ocurriendo con la
actividad económica en el momento del análisis, sino lo ocurrido durante los doce meses previos, del mismo modo que un espejo retrovisor nos muestra dónde
estamos en comparación con momentos previos, pero para saber a qué velocidad
vamos tenemos que mirar el velocímetro, no el espejo retrovisor. Mirar las
variaciones interanuales es como mirar el espejo retrovisor; analizar el
gráfico anterior como lo hemos hecho, viendo la actividad económica mes a mes,
es como mirar el velocímetro. Y el velocímetro de la economía nos está
mostrando que nos hemos detenido.
Por lo tanto, el riesgo de recesión (es decir, de iniciar un proceso de caída en la actividad económica) dependerá de cómo jueguen en los próximos meses factores como las restricciones a las importaciones y a la compra de dólares, y la apreciación cambiaria que estamos sufriendo contra Brasil y otros socios comerciales (entre los factores que tiran para abajo) y factores como el aumento de poder adquisitivo de los salarios a medida que vayan activándose los aumentos salariales de este año y la eventual reactivación brasileña (entre los factores que pueden impulsar la actividad económica). En próximos posts analizaremos cada uno de estos factores, pero un primer análisis indica que ese mix de factores positivos y negativos está sesgado hacia estos últimos. Por eso hay alto riesgo de recesión, a pesar de los diagnósticos equivocados de que sólo hay “desaceleración”.
Más detalles sobre cómo se analizan los datos de actividad económica,
para evitar estos errores de interpretación, en mi libro Macroeconomía para No Economistas – Cómo sobrevivir en una economíainteresante, de editorial EDICON.
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