Luego de que quedara firme el fallo judicial que obliga a
Argentina a pagar la totalidad de la deuda original a acreedores con bonos no
ingresados a los canjes de 2005 y 2010, el gobierno argentino se negó a
negociar una forma conveniente de pago.
El argumento era que tal cosa no era posible por la cláusula
RUFO, que obligaba a que cualquier mejor oferta voluntaria a estos acreedores
se extendiera al resto.
La cláusula RUFO venció hace más de dos meses y el Gobierno
da señales de que no negociará, confirmando la sospecha de que invocar aquella
cláusula era sólo una excusa.
Si es así, a medida que pase el tiempo, cada vez será más
probable que el problema de una sentencia judicial incumplida quede para el
próximo gobierno.
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