El argumento del Ministro Kicillof, de que las estadísticas
de pobreza estigmatizan a los pobres, es absurdo.
Si se tomara por válido, deberían eliminarse también las
estadísticas de desempleo, de distribución del ingreso y de necesidades básicas
insatisfechas.
Ocurre que las estadísticas estiman cantidad de personas en
distintos grupos sociales, sin identificación individual, y por lo tanto jamás
pueden estigmatizar a nadie.
El análisis, en 1
minuto. Click aquí.
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