El Gobierno Nacional tiene un
diagnóstico equivocado sobre la inflación. Al menos es lo que se desprende
de la insistencia de la Presidenta en el
argumento de que no tenemos metas de inflación sino metas de crecimiento,
como si hubiera que elegir entre ambas. Se trata claramente de una falsa opción, ya que es posible crecer aceleradamente con baja
inflación, como lo demuestra el hecho de que los países que hoy están
creciendo aceleradamente, lo hacen con inflación muy baja. Por ejemplo, de los
58 países cuyas estadísticas de crecimiento e inflación compila The Economist, sólo dos tienen inflación
mayor del 10% anual (Venezuela, con 39%, y Argentina, con 25% no oficial y
entre 10% y 11% oficial). De los otros 56 países, los que crecen a tasas
mayores al 6% anual (más del doble de lo que crecerá este año Argentina),
tienen una inflación promedio del 4.4%.
El problema de creer que la inflación es el costo a incurrir
necesariamente para tener un alto crecimiento, es que también implica creer que para bajar la inflación
es necesario reducir el crecimiento, e incluso someter a la economía a una
recesión, con aumento del desempleo. Si nuestros dirigentes adhieren a este
argumento, la consecuencia es que nadie se anime a hacer algo para bajar la
inflación, en el intento de evitar esos supuestos costos en términos de menor actividad
económica y mayor desempleo. Afortunadamente eso no es así, ya que las agendas de políticas para el
crecimiento y de políticas para la estabilidad de precios son diferentes,
las primeras vinculadas con el incentivo a las inversiones e innovaciones y las
segundas vinculadas a una adecuada gestión de la demanda agregada, de las
expectativas inflacionarias y de los procesos de puja distributiva.
Pero en la oposición los diagnósticos
no son mucho mejores. Días atrás Sergio Massa presentó tres proyectos de ley tendientes a reducir la inflación. Uno para normalizar el INDEC, otro para elaborar propuestas de políticas
anti-inflacionarias en el marco de la Defensoría del Pueblo y otro para
crear un Consejo de Inversión y
Desarrollo. Normalizar el INDEC es una medida acertada, pero plantear
medidas desde la Defensoría del Pueblo para analizar cuestiones microeconómicas
relacionadas con distintos sectores de actividad y productos de la canasta
básica implica tratar a la inflación, un
fenómeno de índole macroeconómica, con instrumentos microeconómicos, una
estrategia con pocas chances de éxito.
Y la creación del Consejo de Inversión y Desarrollo, que puede ser
adecuada para la agenda del crecimiento, no lo es para la agenda de la
estabilidad de precios, ya que parte de un
análisis equivocado: el argumento de que a la inflación elevada,
consecuencia de un crecimiento de la demanda de bienes mayor que el crecimiento
de la oferta de bienes, se la puede
combatir con inversiones que aumenten la capacidad de producción de la economía,
para cerrar la brecha entre demanda y oferta de bienes. El problema es que la inversión es siempre primero más demanda
de bienes, porque las empresas que invierten demandan máquinas,
herramientas, computadoras, infraestructura, entre muchos otros bienes y, recién
luego de que esas inversiones maduran, lo que puede llevar varios meses e
incluso años, se genera un aumento de la capacidad de producción y, por lo
tanto, de la oferta de bienes. El
intento de bajar una inflación elevada fomentando la inversión implica
agregarle más combustible al fuego.
Esto no significa que no haya que
fomentar las inversiones. Hay que hacerlo, para que las empresas aumenten
su productividad y competitividad y se genere crecimiento económico. Pero para bajar la inflación hay que ejecutar
otras políticas, no necesariamente recesivas, sino en línea con las
políticas que la mayoría de los países del mundo aplican para garantizar la
estabilidad de precios, en general vinculadas con esquemas de metas de
inflación. Las políticas que explican
por qué, de los 58 países listados por The
Economist, 56 tienen inflación menor del 10% anual, incluso creciendo a más
del 6% anual.
Estos temas, analizados en profundidad en el
Podrias mencionarme algunas politicas antiflacionarias q no sean recesivas q la apliquen estos 56 paises y q se puedan aplicar en la Argentina, ya q las politicas de estabilizacion q conosco son x lo gral recesivas y con altos niveles de desempleo.
ResponderEliminar