Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Diagnósticos equivocados sobre la inflación

El Gobierno Nacional tiene un diagnóstico equivocado sobre la inflación. Al menos es lo que se desprende de la insistencia de la Presidenta en el argumento de que no tenemos metas de inflación sino metas de crecimiento, como si hubiera que elegir entre ambas. Se trata claramente de una falsa opción, ya que es posible crecer aceleradamente con baja inflación, como lo demuestra el hecho de que los países que hoy están creciendo aceleradamente, lo hacen con inflación muy baja. Por ejemplo, de los 58 países cuyas estadísticas de crecimiento e inflación compila The Economist, sólo dos tienen inflación mayor del 10% anual (Venezuela, con 39%, y Argentina, con 25% no oficial y entre 10% y 11% oficial). De los otros 56 países, los que crecen a tasas mayores al 6% anual (más del doble de lo que crecerá este año Argentina), tienen una inflación promedio del 4.4%.

El problema de creer que la inflación es el costo a incurrir necesariamente para tener un alto crecimiento, es que también implica creer que para bajar la inflación es necesario reducir el crecimiento, e incluso someter a la economía a una recesión, con aumento del desempleo. Si nuestros dirigentes adhieren a este argumento, la consecuencia es que nadie se anime a hacer algo para bajar la inflación, en el intento de evitar esos supuestos costos en términos de menor actividad económica y mayor desempleo. Afortunadamente eso no es así, ya que las agendas de políticas para el crecimiento y de políticas para la estabilidad de precios son diferentes, las primeras vinculadas con el incentivo a las inversiones e innovaciones y las segundas vinculadas a una adecuada gestión de la demanda agregada, de las expectativas inflacionarias y de los procesos de puja distributiva.

Pero en la oposición los diagnósticos no son mucho mejores. Días atrás Sergio Massa presentó tres proyectos de ley tendientes a reducir la inflación. Uno para normalizar el INDEC, otro para elaborar propuestas de políticas anti-inflacionarias en el marco de la Defensoría del Pueblo y otro para crear un Consejo de Inversión y Desarrollo. Normalizar el INDEC es una medida acertada, pero plantear medidas desde la Defensoría del Pueblo para analizar cuestiones microeconómicas relacionadas con distintos sectores de actividad y productos de la canasta básica implica tratar a la inflación, un fenómeno de índole macroeconómica, con instrumentos microeconómicos, una estrategia con pocas chances de éxito.

Y la creación del Consejo de Inversión y Desarrollo, que puede ser adecuada para la agenda del crecimiento, no lo es para la agenda de la estabilidad de precios, ya que parte de un análisis equivocado: el argumento de que a la inflación elevada, consecuencia de un crecimiento de la demanda de bienes mayor que el crecimiento de la oferta de bienes, se la puede combatir con inversiones que aumenten la capacidad de producción de la economía, para cerrar la brecha entre demanda y oferta de bienes. El problema es que la inversión es siempre primero más demanda de bienes, porque las empresas que invierten demandan máquinas, herramientas, computadoras, infraestructura, entre muchos otros bienes y, recién luego de que esas inversiones maduran, lo que puede llevar varios meses e incluso años, se genera un aumento de la capacidad de producción y, por lo tanto, de la oferta de bienes. El intento de bajar una inflación elevada fomentando la inversión implica agregarle más combustible al fuego.

Esto no significa que no haya que fomentar las inversiones. Hay que hacerlo, para que las empresas aumenten su productividad y competitividad y se genere crecimiento económico. Pero para bajar la inflación hay que ejecutar otras políticas, no necesariamente recesivas, sino en línea con las políticas que la mayoría de los países del mundo aplican para garantizar la estabilidad de precios, en general vinculadas con esquemas de metas de inflación. Las políticas que explican por qué, de los 58 países listados por The Economist, 56 tienen inflación menor del 10% anual, incluso creciendo a más del 6% anual.

Estos temas, analizados en profundidad en el 

1 comentario:

  1. Podrias mencionarme algunas politicas antiflacionarias q no sean recesivas q la apliquen estos 56 paises y q se puedan aplicar en la Argentina, ya q las politicas de estabilizacion q conosco son x lo gral recesivas y con altos niveles de desempleo.

    ResponderEliminar