Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

domingo, 7 de abril de 2013

Argentina y Uruguay, más allá de los exabruptos de Mujica

La desafortunada frase del presidente de Uruguay, Pepe Mujica, con calificativos ofensivos hacia la presidenta argentina y el expresidente Kirchner, es en parte consecuencia de cierto cansancio de los uruguayos frente a políticas económicas ejecutadas en nuestro país que afectan negativamente a la economía uruguaya. En los últimos tiempos, las políticas de restricciones a las importaciones, con impacto sobre la industria uruguaya, y las restricciones a la compra de moneda extranjera, con impacto en el turismo y el sector inmobiliario, son un ejemplo.

Pero los problemas para la economía uruguaya vienen de más atrás en el tiempo. La economía uruguaya ha estado históricamente muy ligada a la economía argentina, lo que implica vulnerabilidad frente a un vecino tan inestable y propenso a crisis económicas recurrentes. De hecho, la recesión de 1995 (el efecto “Tequila”) y la gran crisis argentina de 1998 a 2002, dejaron su marca sobre la actividad económica en Uruguay de manera casi idéntica a lo observado en Argentina. Los datos son contundentes: la caída de la actividad económica en Argentina entre el tercer trimestre de 1998 y el tercero de 2002 fue de un impresionante 19.9%, y en Uruguay de un no menos impactante 18.8%.

Pero algo parece haber comenzado a cambiar en la última década, y es probable que continúe a futuro. Se trata de un proceso de gradual “desconexión” de la economía uruguaya con la economía argentina, y un fortalecimiento del vínculo con Brasil. Proceso que probablemente se verá reforzado por una estrategia deliberada de Uruguay de mirar más hacia Brasil que hacia Argentina. Dada la enorme inestabilidad que continúa teniendo la economía argentina, frente a una mayor estabilidad de la economía brasileña, y encima una relación tirante con nuestro país, parece razonable que Uruguay intente torcer el eje de su integración económica hacia Brasil.

Cuando refiero un proceso gradual de “desconexión”, me refiero a que los datos muestran que el vínculo estadístico entre el Producto Interno Bruto (PIB) de Uruguay y el de Argentina ha sido muy alto hasta 2002, pero es más bajo desde 2003 en adelante. De hecho, la recesión de 2008 y 2009 en Argentina no se replicó de manera calcada en Uruguay, como había ocurrido en ocasión de las dos recesiones anteriores (1995 y 1998-2002). Y, simultáneamente, el vínculo estadístico entre el PIB uruguayo y el PIB brasileño ha recorrido el sentido inverso: bajo hasta 2002 y más alto desde 2003.

No es casualidad que esto esté ocurriendo. Desde 2003, Argentina ha perdido peso dentro de las exportaciones uruguayas. Entre 1994 y 2001, las exportaciones hacia argentina representaron en promedio un 15.7% de las exportaciones uruguayas, mientras que entre 2002 y 2011 representaron sólo un 7.7%. Menor peso de Argentina en sus exportaciones le genera a la economía uruguaya mayor protección frente a las crisis argentinas, aunque persiste el fuerte vínculo en los sectores turístico, inmobiliario y financiero.

Tal vez los gobiernos de Uruguay y Argentina recompongan las relaciones amistosas una vez que haya pasado el enojo que provocaron las expresiones del presidente uruguayo. Pero seguramente continuará el intento uruguayo de reducir el riesgo de “contagio” de la gran inestabilidad de nuestra economía mediante un vínculo más estrecho con Brasil que con Argentina. Especialmente, supongo, si el próximo presidente uruguayo termina siendo nuevamente Tabaré Vázquez.

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