Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cómo deberíamos analizar los anuncios sobre reducción de subsidios

El anuncio que hicieron hace pocas horas los Ministros Boudou y De Vido puede analizarse desde varios puntos de vista. Desde el punto de vista microeconómico, es decir desde el punto de vista de las empresas y los usuarios involucrados, el tema es cómo se distribuirá la carga de los menores subsidios. Si una empresa recibe por los servicios que presta una parte en forma de tarifa que paga el usuario y otra parte en forma de subsidio que paga el Estado, disminuyendo éste último, a la diferencia la tiene que pagar la empresa, recibiendo menos subsidio, el usuario, pagando una mayor tarifa, o ambos, con la empresa cobrando menos y el usuario pagando más. No es posible analizar ahora cuál será efectivamente el impacto microeconómico de este anuncio, ya que para eso es necesario saber qué ocurrirá con cada caso particular.
Más allá de estos detalles de cada caso particular, un punto que creo relevante y que no he escuchado a nadie que lo mencione: los eventuales aumentos de tarifas que seguramente se producirán en algunos servicios ocurrirán justo en el momento en que más crece el poder adquisitivo de los salarios, lo que permitiría absorberlos más fácilmente que en otro contexto (por más que los usuarios, como es de esperar, se opongan a esos aumentos). En efecto, entre abril y agosto los salarios crecieron en promedio un 13% (17% en el caso de los salarios privados en blanco), mientras que los precios crecieron, según institutos provinciales de estadísticas, 6%. No veo tan complicada la absorción de eventuales mayores tarifas, en la medida en que las subas sean graduales y contemplen mecanismos para que el mayor costo no recaiga sobre las familias de menores ingresos.
Pero hay otro punto de vista, que creo es el más relevante en este momento. Es el punto de vista macroeconómico, que tiene que ver con la necesidad de bajar la inflación, para lo cual es necesario reducir el ritmo al cual aumenta el gasto público, y para ello es necesario reducir los subsidios, como argumenté ayer en el post “El desafío de bajar la inflación”, y como vengo sosteniendo desde hace tiempo. En efecto, ayer planteaba que el escenario económico actual ya no permite un nivel de inflación como el que sí era viable hasta mitad de este año, y los dos principales factores que están generando presión inflacionaria son el gasto público, que aumentó 45.8% en los últimos 12 meses, y la emisión monetaria, que generó un aumento del 30.1% en la cantidad de dinero en igual período. En el post “Los giros de política económica que impone la realidad” planteaba, hace casi un mes, que el Gobierno Nacional seguramente daría cuenta de las nuevas restricciones que le impone el contexto económico, y que ya había dado algunas señales al respecto. El anuncio de hoy confirma aquel análisis.
Si bien todavía resta ver cómo se ejecutará lo anunciado, y cuál será finalmente la magnitud del recorte de subsidios, creo que el anuncio de hoy constituye una fuerte señal de que el Gobierno Nacional está leyendo correctamente las nuevas restricciones que impone el contexto económico, y está actuando en consecuencia. Y, como planteaba ayer, este anuncio era necesario en el marco de las expectativas negativas que se generaron a partir de las nuevas medidas relacionadas con la compra de moneda extranjera.
Para continuar entonces con el análisis de lo que deberíamos esperar a futuro, creo que el Gobierno Nacional debería:
1.- Configurar el mecanismo de control de compra de moneda extranjera de tal modo que los pequeños ahorristas puedan comprar dólares sin mayores problemas. Esto no desequilibraría el mercado cambiario, ya que el grueso de la demanda de dólares corresponde a compradores más grandes, igual impediría el accionar de los “coleros” y permitiría regenerar expectativas. Le permitiría al Gobierno mostrar que el nuevo sistema era efectivamente para controlar la evasión, y no para impedir la compra de divisas (independientemente de cuál haya sido realmente el objetivo).
2.- Seguir jugando fuertemente a través del BCRA sosteniendo el tipo de cambio o haciéndolo subir muy gradualmente, de a pocos centavos, e incluso permitiendo algunas subas para posteriormente bajarlo y mostrar que se puede perder comprando dólares. Si hiciera esto con convicción, creo que tiene chances de ir domando la fuga de capitales.
3.- Agregar a las señales sobre reducción de gasto público en subsidios alguna señal de que influirá para que las próximas paritarias acuerden ajustes salariales inferiores al 20%, para contribuir a reducir la inercia inflacionaria, al mismo tiempo que reduce las presiones inflacionarias provenientes de las políticas fiscal y monetaria.
4.- Anunciar que el próximo ministro de economía será alguien que, sin ser ortodoxo para que no termine chocando con las decisiones políticas del Gobierno, tenga suficiente prestigio y antecedentes como para contribuir a generar expectativas de racionalidad en las políticas económicas.
En los próximos días tendremos que estar atentos a las señales relacionadas con estos cuatro puntos.

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