Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

lunes, 18 de abril de 2011

La equivocada discusión sobre la necesidad de “enfriar” la economía

A finales de la semana pasada, Nicolás Eyzaguirre, del FMI, habló del “recalentamiento” de la economía argentina. Amado Boudou respondió que Argentina no frenará su crecimiento sino que, por el contrario, debemos crecer más. Puesta la discusión en estos términos, es difícil no estar de acuerdo con Boudou. A fin de cuentas, ¿quién podría estar de acuerdo con que la economía crezca menos?
El problema es que la discusión está mal planteada. Es muy común relacionar el crecimiento con la inflación: a más crecimiento, más inflación. Por lo tanto, si hay inflación, hay que reducir el crecimiento. Pero esto no es así. No es el crecimiento lo que está relacionado con la inflación, sino la expansión de la demanda agregada por sobre la oferta agregada. Cuando hay capacidad ociosa en la economía (lo que ocurrió durante 2009 y 2010), la restricción que enfrenta el nivel de actividad es una restricción de demanda; expandiendo la demanda (mediante políticas macroeconómicas, como las políticas monetaria y fiscal) es posible aumentar aceleradamente la actividad económica. Pero cuando se acaba esa capacidad ociosa (como está ocurriendo durante 2011), la restricción es de oferta. Continuar expandiendo la demanda en ese contexto (mediante las políticas monetaria y fiscal), no genera aumentos de actividad económica sino aumentos de precios. Por el contrario, la expansión de la oferta genera crecimiento y, al mismo tiempo, menor presión inflacionaria.
Esto explica por qué hay países que crecen aceleradamente sin inflación (el caso de China durante muchos años): es porque expanden aceleradamente su oferta agregada. Y por qué hay países que crecen poco y tienen alta inflación (el caso de Argentina durante los 80): es porque expanden aceleradamente su demanda agregada, sin expandir lo suficiente su oferta agregada.
Por si no me creen, van dos ejemplos contundentes. El Plan Austral logró en su inicio bajar la inflación del 30.5% mensual (sí mensual) en junio de 1985 al 6.2% mensual al mes siguiente, en julio de 1985. En el último trimestre de ese año, la economía creció un 4.8% en el trimestre (¡equivalente al 20% anual). El Plan de Convertibilidad logró bajar la inflación del 27% mensual en febrero de 1991 al 2.8% mensual en mayo de ese año. En ese trimestre (segundo de 1991), la economía creció un 5.3% con respecto al trimestre previo (¡equivalente al 23% anual!). ¿Qué es entonces “enfriar” la economía? Una expresión desafortunada de los economistas.
Para reducir la inflación, no es necesario reducir el crecimiento de la economía. Pero para que esto ocurra es necesaria una combinación de políticas muy específica: “aflojar” con el impulso a la demanda agregada (emitir menos dinero, dejar que crezcan más los ingresos públicos que el gasto público) e impulsar el aumento de la oferta agregada, a través de medidas como reducir impuestos al trabajo (reduciendo subsidios para compensar el impacto fiscal), reorientar la inversión pública a obras que alivien las limitaciones de energía, eliminar las trabas a las importaciones de bienes de capital y bienes intermedios, entre otras.
Y es justamente esta la combinación de políticas que necesita Argentina en este momento. Como mostré en el post “Efectivamente, se acabó la parte fácil de la recuperación económica”, el ritmo de crecimiento de la actividad económica se redujo del equivalente al 7.4% anual entre mediados de 2009 y mediados de 2010, al equivalente al 2.4% anual desde mediados de 2010 hasta ahora.
Los datos que publicó hoy Orlando Ferreres sobre la producción industrial confirman esta evolución: la producción industrial crecía a un ritmo equivalente al 10.5% anual hasta mayo de 2010 y al 6.3% anual desde entonces. La mayoría de los economistas no ve esta desaceleración, porque la producción industrial está un 9.2% por encima del nivel de hace un año, pero lo importante no es esa comparación interanual, sino la velocidad de crecimiento mensual. Y esa velocidad se redujo durante los últimos meses.

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