Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

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jueves, 12 de junio de 2014

Sector automotriz y poder adquisitivo de los salarios


Para el equipo económico, los problemas del sector automotriz comenzaron este año, luego de la devaluación. Pero en realidad comenzaron hace un año, cuando comenzó a caer el poder adquisitivo de los salarios, que no se recuperará suficientemente mientras la inflación continúe en torno al 2% mensual.

La relación entre el poder adquisitivo de los salarios y las ventas de automotores nacionales

Nota completa:

El equipo económico cree que los problemas del sector automotriz comenzaron en enero, por un traslado desmedido de la devaluación a los precios de los automóviles. Y por eso intenta convencer a las terminales de que reduzcan los precios.

Cree además que las altas tasas de interés, luego de la devaluación, también han impactado negativamente sobre el consumo en general, y la venta de autos en particular. Por eso incidió sobre la decisión del BCRA de poner un techo al costo financiero de préstamos personales y prendarios.

El sentido común indica que también tiene que haber incidido el aumento de impuestos internos a los autos de alta gama, que casualmente rige desde enero.

Todo esto sin dudas ha impactado negativamente sobre el sector automotriz, reduciendo la demanda en el mercado interno.

Pero los problemas en el sector automotriz comenzaron antes de la devaluación, del aumento de impuestos internos y de la fuerte suba en las tasas de interés.

Comenzaron hace aproximadamente un año, cuando comenzó a caer el poder adquisitivo de los salarios, tanto con relación a los precios internos como con relación al dólar, que incide directamente sobre los precios de los automóviles.

Los dos gráficos siguientes (clickear para agrandar) muestran la estrecha relación entre el poder adquisitivo de los salarios (en pesos y en dólares, respectivamente) y la venta de automotores nacionales al mercado interno, desde enero de 2010 hasta mayo de 2014.




Hace un año comenzaba a caer el poder adquisitivo de los salarios a medida que precios y tipo de cambio comenzaban a incrementarse a un ritmo mayor que los aumentos salariales. Y comenzaba a caer también la venta de automotores nacionales de las terminales a las concesionarias.

Lo que amortiguó, sobre las ventas totales, esa caída de ventas de vehículos nacionales, dando la idea de que los problemas comenzaron recién este año, fue el sostenimiento de las ventas de vehículos importados. Mientras las primeras fueron menores durante el segundo semestre que durante el primero (corrigiendo por estacionalidad), las segundas fueron mayores durante el segundo semestre que durante el primero (también corregidas por estacionalidad).

Esto último seguramente ocurrió por las expectativas de devaluación, una de cuyas consecuencias era que la compra de autos importados se haría, durante el año pasado, a un tipo de cambio transitoriamente bajo. El mismo fenómeno que alentó la venta de paquetes turísticos al exterior.

Si las ventas de vehículos importados hubieran seguido la tendencia de las ventas de vehículos nacionales, se habrían vendido unos 62,000 vehículos importados menos de los que se vendieron durante 2013. Lo que brinda cierto orden de magnitud a la “burbuja” de la que todo el mundo habla, que probablemente fue menor, según estos números, a lo que suele plantearse.

El sector automotriz difícilmente se recupere sustancialmente mientras el poder adquisitivo de los salarios siga por debajo de los niveles de los últimos dos años.

Y la recuperación del poder adquisitivo de los salarios, que viene produciéndose desde abril, a medida que van llegando al bolsillo de los trabajadores los primeros aumentos salariales del año, se frenará alrededor de agosto en la medida en que la inflación siga resistiéndose a perforar el 2% mensual.

La inflación de mayo, estimada en el 2.28% por las consultoras que promedia la oposición en el Congreso, refleja lo que cabía esperar: las altas tasas de interés, y la caída del consumo, no necesariamente hacen desaparecer la inflación, porque tienden a persistir otros factores que la impulsan, como los traslados de las subas del tipo de cambio a los precios internos, y los aumentos de costos por aumentos salariales.

Ya ocurrió otras veces en Argentina, y está ocurriendo nuevamente ahora.

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