Esta semana fue noticia, y generó preocupación, la fuerte emisión de dinero que realizó el BCRA durante julio:
hasta el 26 de ese mes, la Base Monetaria aumentó en nada menos que $ 18,183
millones (5.9% sobre el nivel que tenía al cierre de junio). En realidad, no
debería ser noticia, ya que esta emisión de dinero es simplemente más de lo mismo: ni el BCRA venía
emitiendo poco, ni ahora está emitiendo descontroladamente (ya lo habíamos
analizado hace 2 meses, click aquí). Podríamos decir que viene ejecutando prácticamente la misma política monetaria que el año
pasado: entre el 31 de enero y el 26 de julio de 2012, la emisión fue del
17%; entre el 31 de enero y el 26 de julio de 2013 fue del 13.3%, y eso que
está incluida la fuerte emisión que dio origen a las noticias preocupantes de
esta semana. El siguiente gráfico lo muestra claramente:
Ambas líneas en el gráfico son muy parecidas. En todo caso, luego de la fuerte emisión de julio, la cantidad de dinero aumentó algo menos este año que durante iguales meses del año pasado.
De todos modos, la misma política monetaria del año pasado, con incluso algunos puntos porcentuales menos de emisión, es más peligrosa ahora que hace un año, porque durante 2012 la economía absorbía más pesos que ahora. Recordemos que la estrategia de pesificación forzada de la economía obligaba a utilizar pesos en operaciones que antes se realizaban con dólares, como ocurrió en el sector inmobiliario. Pero es muy probable que ese fenómeno de absorción de pesos haya terminado, con lo cual para mantener la misma inflación (23%) es necesario emitir menos que el año pasado.
De todos modos, la misma política monetaria del año pasado, con incluso algunos puntos porcentuales menos de emisión, es más peligrosa ahora que hace un año, porque durante 2012 la economía absorbía más pesos que ahora. Recordemos que la estrategia de pesificación forzada de la economía obligaba a utilizar pesos en operaciones que antes se realizaban con dólares, como ocurrió en el sector inmobiliario. Pero es muy probable que ese fenómeno de absorción de pesos haya terminado, con lo cual para mantener la misma inflación (23%) es necesario emitir menos que el año pasado.
Sin dar cuenta de esta menor necesidad de pesos, la actual política monetaria acelera la inflación. En junio, según
la Dirección de Estadísticas y Censos de la Provincia de San Luis, la inflación
fue del 2.3% mensual, frente al 1.3% de junio de 2012. Y todo indica que julio
cerró con más inflación aún (ver Economía en 5 Minutos de la semana
pasada, click aquí).
El problema es que los salarios
hace tiempo que dejaron de subir por encima de la inflación. Incluso más:
con inflación estable en el 23%, subas salariales de 24% o 25% permitían un
mínimo aumento de poder adquisitivo de los salarios pero, con inflación
acelerándose, es probable que 2013, por
primera vez en varios años, termine cerrando con menor poder adquisitivo de los
salarios que el año previo. Tal como vienen los incrementos salariales y la
inflación, podrían cerrar hasta un 2% por debajo del nivel de diciembre de 2012
(ver Economía
en 5 Minutos de esta semana, click aquí).
Esto es clave porque puede disparar a fin de año pedidos sindicales de complementos salariales. Y más importante aún, porque puede incidir en las paritarias del año próximo, subiendo las presiones salariales justo cuando el Gobierno se verá en la necesidad de hacer algo para bajar la inflación. E intentar bajar la inflación en un contexto de creciente puja distributiva e inercia inflacionaria es sinónimo de riesgo de impacto negativo sobre la actividad económica y el empleo.
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