A medio siglo del proyecto desarrollista de
Frondizi y Frigerio, hoy ambos candidatos a la Presidencia se auto-definen como
desarrollistas.
Ser desarrollista implica estar convencido
de que el desarrollo económico no se genera de manera espontánea, especialmente
en países con ventajas comparativas en la producción de materias primas.
El fundamento original era la tesis de la
CEPAL sobre la tendencia a la baja de los precios de materias primas con
relación a los precios de bienes industriales.
Hoy existen modernos enfoques de política
industrial que justifican la necesidad de acción pública para eliminar ciertos
obstáculos al desarrollo espontáneo de actividades de alto valor agregado.
Es posible entonces un desarrollismo con
nuevos fundamentos.
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