Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

martes, 11 de diciembre de 2012

Otra vez la idea de un pacto social


Una de las noticias económicas de la semana es la idea, reflotada por enésima vez, de un pacto social de precios y salarios, como instrumento para moderar las presiones inflacionarias. A tal punto se trata de historia repetida, que hace dos años analizábamos en detalle una iniciativa similar (ver post “Para qué sirve un pacto social”).

Cabría preguntarse en primer lugar si es posible una moderación salarial. La respuesta es que esto es difícil por dos motivos: (1) una CGT dividida hace más difícil lograr aumentos salariales inferiores a los de este año y (2) es posible convencer a los sindicatos de que acepten menores aumentos salariales en un marco de políticas anti-inflacionarias creíbles, pero es muy difícil hacerlo en un contexto de fuerte emisión monetaria y de probable aumento de gasto público por motivos electorales.

Cabría preguntarse en segundo lugar si tiene sentido un pacto social. La respuesta está en los tres tipos de políticas anti-inflacionarias que suelo plantear: programas ortodoxos, que sólo se enfocan en las políticas monetaria, fiscal y cambiaria, y tienden a fracasar porque no hacen nada por frenar la inercia inflacionaria; programas populistas, que sólo se enfocan en las políticas de ingresos (pactos sociales o congelamientos de precios y salarios), pero terminan fracasando porque generan efectos “olla a presión” por no prestar debida atención a las políticas monetaria, fiscal y cambiaria; programas heterodoxos, que se ocupan tanto de las políticas monetaria, fiscal y cambiaria (las políticas que generan inflación en primera instancia) como de las políticas de ingresos (los acuerdos de precios y salarios, destinados a reducir la inercia inflacionaria), y tienen chances de reducir la inflación rápidamente, sin frenar la economía, en la medida en que sus componentes estén adecuadamente calibrados.

El nuevo intento de pacto social tendría sentido en el marco de un programa heterodoxo que apunte a reducir la inercia inflacionaria mientras modera las políticas que generan inflación en primera instancia. Tiene menos sentido en el contexto actual, en el cual las políticas fiscal y monetaria operan a altas revoluciones, sin indicios de moderación durante 2013.

En síntesis, pocas chances de éxito para el nuevo intento de pacto social.

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