Un blog de economía para no economistas

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una maldición china. Los argentinos sufrimos la maldición de vivir en una economía "interesante". Por eso tenemos que saber más de economía que en otros países.

Para enfrentar la maldición de vivir en una economía "interesante", en este blog encontrarás comentarios, análisis y estadísticas sobre la economía argentina, sin jerga económica innecesaria ni tecnicismos, con rigurosidad analítica pero simpleza en la exposición.

martes, 7 de abril de 2015

Absurda propuesta para reducir la informalidad

Federico Sturzenegger, economista del PRO

Federico Sturzenegger, economista del PRO, escribió una columna de opinión planteando que no sólo no sería conveniente crear billetes de mayor denominación sino que incluso habría que eliminar el billete de $ 100.

Su argumento es que, dado que las actividades informales se realizan en efectivo, dificultando las operaciones en efectivo se combate entonces la economía informal.

El argumento es similar al que utilizó en 2001 Domingo Cavallo para justificar el Corralito. Argumentaba que de esa manera se forzaba la bancarización, algo que, obviamente, no ocurrió.

Ocurre que la bancarización no se logra dificultando las operaciones en efectivo, restringiendo su retiro de los bancos, como en 2001, o complicándolas al tener que operar con billetes de muy baja denominación, como propone ahora Sturzenegger.

La bancarización se logra facilitando el uso de medios electrónicos de pago y fundamentalmente reduciendo la enorme carga impositiva que induce a evitarla trasladando actividades de la economía formal a la informal.

Eliminar el impuesto al cheque o permitir su uso como pago a cuenta de otros impuestos, por ejemplo, haría un mayor favor a la causa de la bancarización. Reducir los impuestos al trabajo tendría un efecto tal vez mayor aún.

Pero intentar forzar la bancarización dificultando el uso del efectivo a través de billetes de baja denominación, mientras dificulta la realización de operaciones en efectivo en el sector informal, también la dificulta en el sector formal.

Es decir, complica más la vida de quienes ya pagan impuestos.

Porque genera costos económicos innecesarios, como el mayor costo de traslado de caudales, el mayor costo de reposición y reparación de cajeros automáticos exhaustos, el mayor costo de contar billetes dentro de los bancos, o el mayor tiempo y esfuerzo para realizar un simple depósito bancario.

Con límite de 40 billetes por operación, un depósito de $ 8,000 requiere dos operaciones si los billetes son de $ 100, pero cuatro operaciones si los billetes son de $ 50.

¡Y estos son todos ejemplos de operaciones en la economía formal, en blanco, registrada, que paga impuestos!

Ni hablar del impacto negativo sobre las personas más pobres, y las que involuntariamente tienen trabajos no registrados, que con billetes de menor denominación tienen que movilizarse con fajos de billetes que pueden complicar incluso su seguridad física.

¡Imaginemos las dificultades de estas personas si Sturzenegger cumpliera su deseo de que sólo quedaran las monedas!

La propuesta de Sturzenegger es, claramente, equivocada.

El menor uso del efectivo tiene que ser la consecuencia de una menor informalidad, no su causa.

El análisis económico del día. Por Gastón Utrera.



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