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La relación entre el poder adquisitivo de los salarios y las ventas de automotores nacionales |
Nota completa:
El equipo económico cree que los problemas del sector automotriz comenzaron en enero, por un traslado desmedido de la devaluación a los precios de los automóviles. Y por eso intenta convencer a las terminales de que reduzcan los precios.
Cree además que las
altas tasas de interés, luego de la devaluación, también han impactado
negativamente sobre el consumo en general, y la venta de autos en particular.
Por eso incidió sobre la decisión del BCRA de poner un techo al costo
financiero de préstamos personales y prendarios.
El sentido común
indica que también tiene que haber incidido el aumento de impuestos internos a
los autos de alta gama, que casualmente rige desde enero.
Todo esto sin dudas ha
impactado negativamente sobre el sector automotriz, reduciendo la demanda en el
mercado interno.
Pero los problemas en
el sector automotriz comenzaron antes de la devaluación, del aumento de
impuestos internos y de la fuerte suba en las tasas de interés.
Comenzaron hace
aproximadamente un año, cuando comenzó a caer el poder adquisitivo de los
salarios, tanto con relación a los precios internos como con relación al dólar,
que incide directamente sobre los precios de los automóviles.
Los dos gráficos
siguientes (clickear para agrandar) muestran la estrecha relación entre el poder adquisitivo de los
salarios (en pesos y en dólares, respectivamente) y la venta de automotores nacionales
al mercado interno, desde enero de 2010 hasta mayo de 2014.
Hace un año comenzaba
a caer el poder adquisitivo de los salarios a medida que precios y tipo de
cambio comenzaban a incrementarse a un ritmo mayor que los aumentos salariales.
Y comenzaba a caer también la venta de automotores nacionales de las terminales
a las concesionarias.
Lo que amortiguó, sobre las ventas totales, esa
caída de ventas de vehículos nacionales, dando la idea de que los problemas
comenzaron recién este año, fue el sostenimiento de las ventas de vehículos
importados. Mientras las primeras fueron menores durante el segundo semestre
que durante el primero (corrigiendo por estacionalidad), las segundas fueron
mayores durante el segundo semestre que durante el primero (también corregidas
por estacionalidad).
Esto último
seguramente ocurrió por las expectativas de devaluación, una de cuyas
consecuencias era que la compra de autos importados se haría, durante el año
pasado, a un tipo de cambio transitoriamente bajo. El mismo fenómeno que alentó
la venta de paquetes turísticos al exterior.
Si las ventas de vehículos
importados hubieran seguido la tendencia de las ventas de vehículos nacionales,
se habrían vendido unos 62,000 vehículos importados menos de los que se
vendieron durante 2013. Lo que brinda cierto orden de magnitud a la “burbuja”
de la que todo el mundo habla, que probablemente fue menor, según estos
números, a lo que suele plantearse.
El sector automotriz
difícilmente se recupere sustancialmente mientras el poder adquisitivo de los salarios
siga por debajo de los niveles de los últimos dos años.
Y la recuperación del
poder adquisitivo de los salarios, que viene produciéndose desde abril, a
medida que van llegando al bolsillo de los trabajadores los primeros aumentos
salariales del año, se frenará alrededor de agosto en la medida en que la
inflación siga resistiéndose a perforar el 2% mensual.
La inflación de mayo,
estimada en el 2.28% por las consultoras que promedia la oposición en el
Congreso, refleja lo que cabía esperar: las altas tasas de interés, y la caída
del consumo, no necesariamente hacen desaparecer la inflación, porque tienden a
persistir otros factores que la impulsan, como los traslados de las subas del
tipo de cambio a los precios internos, y los aumentos de costos por aumentos
salariales.
Ya ocurrió otras veces
en Argentina, y está ocurriendo nuevamente ahora.
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