 |
Federico Sturzenegger, economista del PRO |
Federico Sturzenegger, economista del PRO, escribió una
columna de opinión planteando que no sólo no sería conveniente crear billetes
de mayor denominación sino que incluso habría que eliminar el billete de $ 100.
Su argumento es que, dado que las actividades informales se
realizan en efectivo, dificultando las operaciones en efectivo se combate entonces
la economía informal.
El argumento es similar al que utilizó en 2001 Domingo
Cavallo para justificar el Corralito. Argumentaba que de esa manera se forzaba
la bancarización, algo que, obviamente, no ocurrió.
Ocurre que la bancarización no se logra dificultando las
operaciones en efectivo, restringiendo su retiro de los bancos, como en 2001, o
complicándolas al tener que operar con billetes de muy baja denominación, como
propone ahora Sturzenegger.
La bancarización se logra facilitando el uso de medios
electrónicos de pago y fundamentalmente reduciendo la enorme carga impositiva
que induce a evitarla trasladando actividades de la economía formal a la
informal.
Eliminar el impuesto al cheque o permitir su uso como pago a
cuenta de otros impuestos, por ejemplo, haría un mayor favor a la causa de la
bancarización. Reducir los impuestos al trabajo tendría un efecto tal vez mayor
aún.
Pero intentar forzar la bancarización dificultando el uso
del efectivo a través de billetes de baja denominación, mientras dificulta la
realización de operaciones en efectivo en el sector informal, también la
dificulta en el sector formal.
Es decir, complica más la vida de quienes ya pagan
impuestos.
Porque genera costos económicos innecesarios, como el mayor
costo de traslado de caudales, el mayor costo de reposición y reparación de
cajeros automáticos exhaustos, el mayor costo de contar billetes dentro de los
bancos, o el mayor tiempo y esfuerzo para realizar un simple depósito bancario.
Con límite de 40 billetes por operación, un depósito de $
8,000 requiere dos operaciones si los billetes son de $ 100, pero cuatro
operaciones si los billetes son de $ 50.
¡Y estos son todos ejemplos de operaciones en la economía
formal, en blanco, registrada, que paga impuestos!
Ni hablar del impacto negativo sobre las personas más
pobres, y las que involuntariamente tienen trabajos no registrados, que con
billetes de menor denominación tienen que movilizarse con fajos de billetes que
pueden complicar incluso su seguridad física.
¡Imaginemos las dificultades de estas personas si
Sturzenegger cumpliera su deseo de que sólo quedaran las monedas!
La propuesta de Sturzenegger es, claramente, equivocada.
El menor uso del efectivo tiene que ser la consecuencia de
una menor informalidad, no su causa.
El análisis económico
del día. Por Gastón Utrera.
Contenido complementario: