La fuerte caída del precio del petróleo en las últimas
semanas genera, naturalmente, importantes impactos económicos en el mundo.
A nivel global reduce las presiones inflacionarias y
favorece el crecimiento económico, y a nivel de países genera ganadores y perdedores.
Para Argentina implica un beneficio a corto plazo, por menor
presión sobre las cuentas externas.
Pero, en la medida en que los bajos precios se sostengan en
el tiempo, genera un perjuicio a mediano plazo por menor rentabilidad de las
inversiones en exploración y extracción de petróleo no convencional.
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